Misión TaeMin [KookTae]

[37]

ALIEN / TAE

—¡¿Mañana se lo vas a pedir?! —gritó la pelirroja tomando al menor por los hombros, así zarandeándolo.

—Eso es lo que dije —habló tranquilo, pero, aunque no lo crean, por dentro era un manojo de nervios.

—¡Y ¿por qué?!

—Jungkook me dijo que ya era tiempo, y pues hemos practicado mucho, pero no quita que esté nervioso.

—Supongo que sí, ¿recuerdas cuando me le declaré a Rosé? —el menor asintió —puedo suponer que así te sientes tú ahora mismo.

—Creo que sí —rascó su nuca nervioso.

—Tranquilo, yo sé que saldrá bien, al final Jimin no es tan mala persona, después de todo, si llegan a ser novios, tenemos que caernos bien de una u otra forma —lo abrazó siendo correspondida.

—Gracias, Lisa —escondió su cabeza en la curvatura del cuello de la más baja.

—Creciste —dijo acariciando su cabello.

—Un centímetro.

—Se nota.

—¿De verdad? —la mayor asintió —eres la primera que lo dice —los dos rieron, ah, cuánto amaban estar juntos.

—¿Seguro que ya estoy listo? —el pelinegro asintió mientras que tomaba sus cosas.

—Si no quieres que te rechace tienes que ir impecable, pero sin exagerar ¿comprendes? —el castaño asintió —porque en la cita tienes que dejarlo sin habla, y así no le dará tiempo de pensar en lo feo que eres —un zapatazo fue lo único que recibió por parte del menor —auch.

—¡No soy feo! —reclamó infantilmente, Jungkook rió y se acercó a él tomándolo por la mejilla.

—No, —le sonrió —eres horrible —soltó una gran carcajada haciendo que la cara del menor se pusiera roja como un tomate. Este se alejó de él y salió de la habitación bajo la atenta mirada del azabache —¡oye! —gritó desde las escaleras —¡no te enojes! —corrió hasta él, tomándolo de la cintura antes de que abriera la puerta —es broma, señor aburrido —lo volteó quedando las caras de los dos a unos simples centímetros.

—No soy aburrido —reprochó haciendo un puchero y con sus mejillas sonrojadas. El azabache bajó su mirada hacia los labios del más bajo, la cara de este comenzó a ponerse totalmente roja, el mayor se fue acercando lentamente hacia a él, y tomando su mejilla en el proceso; el pelinegro vio claro todo y terminó por palmera su cachete separándose de él.

—Eres guapo, —dijo mientras que el castaño apenas salía del trance —pero en Corea claramente no.

—¡Oiga! —el azabache volvió a reír mientras salían de su casa —eres malo, Jungkook, eres malo.

El castaño escuchó el tono de llamada de su celular, abrió sus ojos poco a poco hasta abrirlos por completo. Tomó su celular y vio que era una llamada.