Capitulo 4

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Me desperté y pude ver desde la ventana de mi cuarto que había parado de llover. Me senté en la cama pesadamente  y me desperece. 

Me levante y sin ganas camine hasta el baño, me lave la cara,los dientes y me peiné. Fui hasta mi armario y me cambie mi pijama, por un vestido negro, que en la parte de la pollera tenia pequeñas flores como decoración. 

Bajé las escaleras y fui directo al comedor, antes de entrar escuche a mi madre riendo. 

Esperen.. ¿Mi madre riendo?. 

Entre al comedor y puede ver a mi madre hablando y riendo con el Coronel James. 

-¿Buenos... días? -dije, caminando despacio hacia ellos.

-oh, querida. Buen día, mira quien vino de visita-Dijo mi madre, mirándome y sonriendo.

-Si.. ya veo madre-dije un tanto desorientada.

-Buenos días-dijo, levantándose y acercándose a mi- Señorita Jazmín -agarra mi mano y le deposita un beso.

-Buenos días, Señor James.- le dije, sonrojandome por su acto.

-¿Como se encuentra? -dijo sonriéndome. 

-Yo...

-Oh, coronel. Por favor ya le he dicho, que puede dejar las formalidades de lado-dijo mi madre, interrumpiéndome.

-Lo se, señora Robins. Tengo que acostumbrarme.-dice riendo un poco, mientras me acompaña a mi asiento y me ayuda a sentarme.

-Gracias- le sonrío.

-No hay de que-me sonríe y se sienta en su lugar.

-!María¡ -la llama mi madre.

-Madre.. ¿porque...no me hiciste despertar?-la mire intrigada. 

-Oh, le dije a María que te deje dormir. -Me dijo mirándome- Ayer se sentía muy mal, que hasta-hace un gesto de angustia, mientras se toca el pecho y mira a James- Se tuvo que ir a dormir sin cenar.Y... le aviso señor James, que va a tener a una esposa muy glotona- Ríe leve- Por eso nos sorprendió tanto que no tenga ni ganas de comer ayer -dice sorprendida.- !María¡.- volvió a llamar.

Wow, wow, wow. ¿Que?, eso, NO fue lo que paso. 

La mire incrédula, por lo que decía.

-Lamento eso-dijo mirándome apenado- Quizás.. pasaste mucho frío, y eso hizo que te pongas mal.- Miro a mi madre- Fue mi culpa, lo lamento.

Veo como María entra al comedor.

-No te disculpes querido, Jazmín... es un poco débil-dijo, poniendo mermelada a su tostada.

-Señora, ¿Me llamó?- Dijo María.

-!Ah¡, si, María. Mira, ¿quien se despertó?, ¿le puedes servir el desayuno, querida?-dijo, mirándola.

-Enseguida señora- dijo, y empezó a servirme el desayuno.

-G-racias...María-dije todavía estando en shock, por lo que dijo mi madre.

-No hay de que señorita. Con permiso-dijo, y se fue.

 -Bueno... como te decía, Jazmín es un poco débil. Toda la vida tuvo problemas, imagínate que con un poquito de viento, ella caía con fiebre y tos a más no poder-Dijo tomando su té.

-Es bueno saberlo,para el futuro-dijo, tomando su café.

-Pero, eso si. Tiene un carácter especial. Lamentablemente, se deja influenciar mucho por lo que los demás dicen u opinan.-dijo, negando con la cabeza.

Cien AñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora