Capitulo 18

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Estábamos sentados,  alrededor de la mesa, de la cocina. 

Mildred, estaba del lado izquierdo de la mesa. 

María, estaba del lado derecho de la mesa. 

El tal Javier, estaba en la punta.

Y yo, estaba en la otra punta de la mesa, mirándolos a los tres. 

Estábamos, todos callados. Nadie, decía nada. Era, un silencio realmente incomodo.

Miro a María, que intentaba no mirarme y luego miro a Mildred. Esta, miraba seria a María y a Javier.

-Y...¿bien?-digo, rompiendo el silencio incomodo-¿Me van a explicar, que sucede aquí?.

María, mira a Javier y a Mildred,luego me mira a mi, suspirando. 

-Señorita...lamento, que haya vivido tremendo susto...por favor-me mira suplicante- no cuente, que lo vio aquí. 

-María...este señor... ¿viene seguido...por aquí?.

-No, no, señorita...-dice María.

-Es la primera vez-dice Javier.

-Y la última-dice Mildred,seria.

Los miro a los tres confundida.

-Me podrían...explicar...¿que es lo que sucede?.

María mira a Mildred y suspira.

-verá...Señorita, cuando me trajeron aquí...para trabajar con su familia, yo tuve que hacer el sacrificio de dejar... todo en Michigan, mi familia, mis amigos....mi esposo-mira a Javier y le agarra la mano, sonriendo.

-¿Y eso?, ¿Porque?-la miro, confundida.

-Pues... querida Jazmín, su madre...no podía pagar un viaje todos los fines de semana, para que vayamos hasta nuestros hogares-dice Mildred.

-Pero...¿Y sus vacaciones?-las miro, sorprendidas y triste.

-No tenemos...señorita-me sonríe triste, María.

-Pe-pero...eso es..como una especie de esclavitud-digo irritada,levantándome de mi silla y caminando por toda la cocina. 

-Tranquila, querida-me dice Mildred.

-¿Que me tranquilice?.Ustedes, tienen una vida allá a fuera-digo, señalando la puerta y me quedo pensativa unos momentos y me tapo la boca espantada, retrocediendo-soy cómplice... soy...soy responsable.

-¿Que?-dicen al mismo tiempo Mildred y María, y se levantan de sus sillas, para acercarse a mi.

-Por supuesto que no, querida-dice Mildred, acariciando mi cabeza.

-Usted, no tiene la culpa de nada.- me mira María.

-Es que... siempre...toda mi vida... las vi aquí y nunca las vi... irse y-y yo...-digo, temblando.

-Jazmín-agarra mis manos-mírame-hace que la mire-no fue tu culpa. Tu madre, fue la que nos prohibió, hablar de esto contigo. Capaz... no te dabas cuenta, de que no nos tomábamos vacaciones. Porque... nos íbamos, algunos días al parque... o a pasear...¿Te acuerdas?-me mira

Asiento con la cabeza. 

-Tu, no eres responsable, pequeña-me dice tierna.

-Ustedes...tienen que luchar por este derecho, que ya tienen-las miro.

-No podemos...-dice Maria-para el gobierno, nosotras... no trabajamos, hace años. 

Me quedo impactada por cada palabra que me decían y las miraba sin poder creerlo. 

Cien AñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora