Capitulo 10

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-Bien, pasa-dice, corriéndome una cortina y dejándome pasar.

-Permiso..-susurro, pasando por la ventana-¿estas...seguro...que es tu casa?-digo, mirando todo.

Estábamos en la casa de Christopher. Era realmente humilde, habíamos entrado por la ventana que daba al comedor y cocina, la casa era realmente chiquita.

 Era realmente humilde, habíamos entrado por la ventana que daba al comedor y cocina, la casa era realmente chiquita

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Había unos cuadros colgados, algunos de ellos eran de bebés. 

-Si, estoy seguro -dice, cerrando la ventana- es... que-se da vuelta y posa sus manos en su cintura-me... olvide las llaves-sonríe avergonzado. 

-Ah..-le sonrió- ok...-sigo mirando al rededor.

-Bueno...puedes sentarte, ¿quieres...algo para tomar?-me corre la silla, para que me siente y va hacia la cocina.

-Em.. si, claro, ¿un jugo?-digo, sentándome.

-eh...-agarra la tetera- No... tengo jugo-dice y me mira. 

-Mmm... bueno, un.. ¿Café?-lo miro.

Veo como se rasca la nuca y me sonríe.

-Tampoco tienes... ¿verdad?-le sonrió divertida.

-No...-susurra- Pe-pero, tengo... Té o agua de la canilla.

-Entonces...-lo miro sorprendida- un Té.... por favor.

-Té, será-me sonríe y pone la tetera a calentar, mientras prepara dos tazas de té. 

-Y... ¿vives con alguien, aquí?.

-vivo con mi madre y mis hermanas-dice, buscando algo en las alacenas.

-Ah.. entonces... me imagino que esos bebés...son ustedes-digo, señalando el cuadro.

-Si-sonríe, mirando el cuadro- el bebé más guapo soy yo.

-¡Ja!, si, como no-me burló.

La tetera hizo ruido indicando, que el agua ya estaba listo, Christopher apagó el fuego y sirvió el agua en las tazas.

-Lamento, no poder ofrecerte nada para comer...-me dice,entregándome una taza-pero... es que no hay nada-susurra apenado y sentándose.

-No te preocupes-le sonrió tierna- ya... estas haciendo mucho, por mi. Y a penas me conoces.

Me mira.

-Es que confió en mi superstición

-¿Así?, ¿y cual es?-lo miro intrigada.

-Bueno... mi superstición, me dice que tengo que ayudarte-dice, tomando de su té.

-¿Ayudarme?, ¿A mi?...¿De que?.

-No lo se-se encoje de hombros- Ya lo averiguaré- me sonríe. 

Lo miro sonriendo y luego tomó de mi té.

Cien AñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora