El chico del armario comenzó a temblar y a retroceder, su mirada se iba cristalizando. Su mirada era totalmente conocida para mi. En ese momento chocó contra el armario y soltó un grito. Me asusté demasiado.
-Ayúdame - susurró casi inaudible y luego cayó de rodillas. Me quedé estático en mi lugar. ¿Qué se supone que hiciera? No se veía peligroso así que no solo podía dejarlo en el suelo tirado. Su ropa estaba sucia y maltratada. Terminé de vestirme con lo primero que encontré, lo tomé en mis brazos dándome cuenta de que casi no pesaba. Su rostro se veía frágil pero no parecía tener ningún maltrato, solo estaba sucio. Sus labios estaban abultados y su nariz era algo perfilada. Parecía un niño. Lo dejé sobre la cama mientras lo observaba. ¿Este era el chico que había entrado ayer? ¿Quién era él? ¿De dónde venía?
Tomé mi celular y marqué el número de YoonGi. En el cuarto intento tomó mi llamada.
- NamJoon estoy muy ocupado ¿Qué necesitas?- YoonGi se escuchaba algo agitado en la otra línea
- Yoonieee~-escuché a alguien del lado de YoonGi y supe que debía colgar.
- Ooh, Ooh - dije algo incómodo
- Lo siento, disfruten - dije colgando rápidamente. Me sentí avergonzado. Pero Yoons era mi contacto de emergencia para todo. ¿Qué podría hacer ahora? Dependía demasiado de Yoons
Entré en la habitación y el chico aún estaba acostado. Entonces recordé algo sus ojos eran diferentes, estaba casi seguro de que no eran normales. Algo extraño había quizás era ciego pero descarte esa opción porque claramente estaba seguro de que me vio. ¿Cómo había llegado hasta aquí? ¿Cómo había entrado? ¿Se había ido y luego volvió? Tantas interrogantes y quien podia responderlas se encontraba en mi cama y yo... Yo ni siquiera sabía sí debía temerle, acusarle o cuidarle...
Y... ¿ahora que?
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Ojos de Luna ( PJM Y KNJ) NamMin
FantasyKim NamJoon es un exitoso empresario. Conocido por ser un joven millonario, trabajador y sexy. NamJoon aprovecha un viaje de negocio para hacer sus vacaciones. Con el propósito de expandir su empresa y descansar NamJoon piensa que nada puede dañar s...