–¿Puedes entenderme? – sus ojos grises se fijaron en mí. –¿Te duele algo? ¿Puedes oírme? – Él solo seguía mirandome como si de alguna manera pudiera decifrarme.
Hice aguaje de acercarme y el retrocedió un paso. Esta vez no me rendí y me acerque como pude, en pasos lentos mientras le miraba y alzaba mis brazos en señal de paz.
Él se quedo quieto. Sus ojos se volvieron un gris más oscuro. La luz de la luna se acomodó a su placer y en el ventanal de la sala su asombrosa y blanquecina piel se camuflo entre los rayos de la madre nocturna. Por un momento no sabia si solo era un fantasma que mi mente había sido capaz de crear o su era un persona. Me pareció alguien tan irreal que tuve que parpadear unas cuantas veces. Me permití tomar su mano y susurrarle que no le haría daño.
– Está todo bien, tranquilo. ¿Tienes nombre?– le pregunté suevemente pero él solo se acercó a mi y colocó su cabeza en mi hombro dejandome completamente en shock. Mi corazón pareció acelerarse debido al momento. Volteé mi cabeza y miré al chico, sus ojos se encontraban cerrados y pude sentir como su respiración era tranquila.
Esperé unos minutos, con lentitud y cuidado saqué su cabeza de mi hombro y lo recosté en el sofá. El sofá era cómodo pero no creo que lo suficiente para él. Alcé al pequeño chico en mis brazos y caminé hasta la habitación que por suerte tenía la puerta abierta. Lo dejé en la cama y lo arrope para luego encender el aire. Me permití verlo de nuevo se veía tan pacífico y frágil que deseabas quedarte cuidándole.
Me senté a un lado de él, parecía que no se había aseado en buen tiempo. Pero no podía dejarlo sucio. Busque dos cubos,llené de agua junto jabón y otro con solo agua. Conseguí un paño limpio y caminé hasta la habitación. Él aún seguía dormido. Me sentí un poco apenado pero aún así le quite su camisa sin despertarle. Tomé el paño y lo moje en el agua con jabón para luego pasarlo por su cuerpo. Pensé que el chico se levantaría pero parecía tener el sueño realmente profundo. Enjaboné sus brazos y su pecho, incluso subí a su cuello y terminé en el abdomen para luego enjuagarlo, hice lo mismo con sus pies dejándole su ropa interior. Por lo que había visto él era algo más bajo que yo así que busque una de mis camizas olgadas y se la coloqué. Vería como lograr que él se aseara mejor mañana.
Desperté por el dolor en mi cuello que se hacía cada vez más incomodo. Vi que el pequeño había desaparecido de la cama así que me levanté rápidamente. Encontré al chico de nuevo en la sala viendo muñequitos.
–Hola– dije con voz un poco adormilada. Él me miró pero pareció ignorarme para volver a colocar su vista en la televisión.
"Después de que me quede cuidándolo él me ignora, bravo"
Volví sobre mis pasos y entré al baño cerrando la puerta, me cepillé y permití relajarme en la ducha. Cuando terminé me coloqué mi bata. Cerré la puerta de mi ( no tan) habitación y me coloqué una ropa deportiva.
– Pequeño– le llamé cuando terminé de arreglarme y me acerqué a él. Me senté a su lado y solté un pequeño suspiro –debes bañarte, los niños buenos deben estar limpios – le dije suavemente sin esperar alguna respuesta.
luego de varios segundos en lo que él me miraba tomé su mano y le levanté. Caminé con él hasta el baño de mi habitación.
–Primero debes cepillarte– le avisé y entre los estantes conseguí un cepillo limpio al cual le coloque pasta. – Di aaah– dije abriendo la boca y él de nuevo se quedo viéndome pero esta vez con un pequeño deje de risa. –Di aah– volví a repetir y esta vez él me hizo caso. Entré el cepillo en su boca y cepillé sus dientes con cuidado de no lastimarlo. Cuando terminamos él sonrió y pude sentir como casi brillaba, era una sonrisa risueña. Fue lo más tierno que me permití ver.
–Bien, pequeño, ahora a dicharse. Quita tu ropa – volví al monólogo y me acerqué a la bañera, abrí la llave para que comenzara a llenarse. Cuando ya estaba a mitad la apagué y regué un poco de jabón para formar espuma.
Me acerqué a él y alce sus brazos para tomar el final de su camisa y pasarla sobre su cuerpo para quitársela. Cuando quite su camisa sus brazos automaticamente le taparon en protección. Tomé sus hombros y lo volteé suavemente. inconscientemente verlo así mi mente solo podía verlo como un pequeño niño indefenso.
–¿Sabes ducharte solo? – pregunté y él pareció pensarlo sin embargo no respondió. Mi mente tuvo un debate como por tercera vez. – Voy a bajarte la ropa interior– hablé y sentí como el calentón se apoderaba de mis mejilla. Esto nunca me había pasado. Bajé su ropa y lo adentré en la duche. Él se sentó automáticamente, por mi parte busque una espoja y evité a toda costa hacer el contacto visual con su cuerpo. Él y yo no teníamos esa confianza sin embargo sentía que ya había roto su privacidad, pero él nunca contesta a lo que preguntaba. Realmente no sabía si lo que esta haciendo estaba bien, pero el solo se veía como un adolecerte perdido en su propio mundo y sin entender lo que le rodeaba.
Le entregué la espoja y él la miró por un leve tiempo para luego comenzar a pasarla por su cuerpo. Se veía confiado y cómodo así que me levanté en busca de una toalla para él. Mientras buscaba en el estante sentí el agua salpicarme.
¿Él no pudo haber hecho eso, verdad?
Cuando volteé él tenía una sonrisa adornando su rostro, el cual se veía limpio ahora. Él colocó sus manos bajo el agua y volvió a chapotear hacia mi. Está vez su risa fue agradablemente sonora por lo cual termine riendo también.
–Eres un niño travieso. – hablé y metí mi mano al agua para luego mojar su rostro. Él pareció seguir tomándolo a juego. Cuando mis manos lavaron su cabello finalmente y me dispuse a pasarle la toalla me di cuenta de que yo estaba hecho un desastre.
Terminé de vestirlo y lo dejé viendo la televisión. Su aspecto era de una persona entre diecisiete a veinte años pero su comportamiento dejaba mucho que pensar. Cuando cambié mi ropa llevé al pequeño chico al auto. Lo dejé en el copiloto y abroche su cinturón, por suerte él no puso resisitencia ni nada por el estilo. Camino a la estación me coloqué un auricular y llamé a YoonGi.
–Estaba a punto de llamarte– habló YoonGi al otro lado.
– Me lo imaginé– mire al chico a mi lado de reojo, él estaba jugando con mi iPad así que estaba. bastante entretenido– Voy a llevarlo a la estación de policías–
–Debiste haberlo heho desde un inicio– me dijo soltanto un suspiro e imaginé que se estaba aguantandl decirme varias cosas.
– Esta bien, iré a que investiguen sobre él, te llamo si descubro algo – dije
–Bien, ten cuidado– dijo colgando la llamada
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Ojos de Luna ( PJM Y KNJ) NamMin
FantasyKim NamJoon es un exitoso empresario. Conocido por ser un joven millonario, trabajador y sexy. NamJoon aprovecha un viaje de negocio para hacer sus vacaciones. Con el propósito de expandir su empresa y descansar NamJoon piensa que nada puede dañar s...