Cap.11 - Secuestro

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Recapitulación Anterior

-De esta manera tendrás fuerzas aunque sean pocas, se que haciéndolo hasta el final te sería más efectivo pero..., no termino de decir Feilong cuando fue callado por Takaba.

-Estás haciendo más que suficiente estoy verdaderamente agradecido así que no te preocupes, explico Akihito dándole un beso en la mejilla a Feilong a quien dejo dormir a su lado, básicamente se acurruco a su lado y abrazo fuerte.

Feilong no se sorprendió de aquello ya que sabía que el pelirrubio estaba pasando por mucho y necesitaba apoyo pero sobretodo en ese momento necesitaba sentir calor de alguien, lo supo ya que Akihito lo abrazaba fuerte como si quisiera dejarle sin respiración. Ante esto el pelilargo acariciaba su cabello sintiendo como el joven se relajaba, semi-sonrió al ver como dormía tranquilamente a su lado eso le causaba alegría ya que por un día podría dormir sin tener esa horrible tos o cualquier síntoma.

Sabía que aquello no era una solución definitiva que le salvara pero no se rendía en buscar una manera de arreglar todo, no obstante tenía algunas estratagemas el problema era Gondoh quien lo vigilaba estaba seguro que el único momento en el que bajaría la guardia sería días o antes de la boda de Ranmaru. Estaba cien por ciento seguro de que no permitiría la boda y se aprovecharía de ello para utilizar la magia de las tijeras para retornar los hilos a su cauce. Sabía que tendría que tener ayuda Akihito en esos momento no podría ayudarle y Albert tampoco es eficaz ya que averiguo que el otro brebaje lo tomo Ranmaru, el contenido del otro veneno es tan malo como el que tomo Akihito solo que aunque no morirá pero dejara de sentir nada, Albert será como un muñeco vivo, la meta de Feilong al saberlo fue asegurarse que Albert no se encontrara para nada con Ran para ello lo envió de alguna manera a su país sin que él supiera que es culpable de ello. Las únicas personas que podían ayudarle eran los hijos del pelirrubio aunque sabía que Takaba no quería meterlos en esto pero eran los únicos que podrían interferir.

<<Sería como fuere tenía que actuar.>>

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#Autora#

El sonido de los cristales cayendo hacía estruendo en la habitación desordenada era como si un huracán hubiera pasado no obstante el causante de aquel estropicio no era otro sino Gondoh quien con un arrebato de furia tiraba aquello que tomaba, cogió una silla y la lanzo por la ventana rompiendo otra ventana más. El motivo de su furia provenía de la llegada de una carta pero no una cualquiera era la invitación de bodas de Ranmaru con su enemigo y rival Asami, por más que había intentado interponerse entre ellos no consiguió nada.

Tumbando el escritorio al cual pateo se le ilumino la bombillita vio que no era tan mala idea aquella boda era genial, recordó brevemente sus conversaciones con Feilong quien le comunico que necesitaba que todos estuvieran juntos para enlazar los hilos. Su propio enemigo le había dado una oportunidad de oro tal como uniera su hilo con Ranmaru se lo llevaría muy lejos sonrió maliciosamente solo de pensar que solo faltaba cinco días y tenía que poner todo a disposición.

-No temas mi amado Ranmaru...pronto serás mío y nadie nos molestara nunca, dijo con orgullo riendo malvadamente como el villano de la película viendo todo el destrozo de su alrededor imaginaba que era la escena de la ceremonia.

-¡Recoger todo para cuando venga tengo cosas que hacer!, ordenó con firmeza a los sirvientes a recoger y reparar toda la habitación poniéndose en marcha con su fantástico plan.

Aunque el plan que se le había ocurrido a Gondoh era perverso no contaba con que le espiaban en el momento de esa genialidad uno de los sirvientes era un subordinado de Feilong a quien tenía que informar de todo detalle lo que ocurría y con sutileza podía averiguar lo que planeaba, esta vez ese malvado hombre no conseguiría lo que quería porque habría alguien parar.

Lazos del destino, Tú a Japón y Yo a Los ÁngelesWhere stories live. Discover now