Habían pasado unas semanas, el día de la boda estaba a la vuelta de la esquina por lo cual tenía que comprar mi vestido de una buena vez.
Me encontraba en aquel gran centro comercial, sola, mi madre dijo que llegaría en 20 minutos, los cuales se convirtieron horas, mientras la esperaba decidí ver tienda sumamente llamativa, pues tenía hermosos vestidos de exhibición.Me acerqué a uno de ellos, tener toda la tarde buscando el vestido adecuado era agotador y más aún ninguno me había gustado, sin embargo este me había atrapado, lo toqué y era muy suave, era sencillo para el gusto de mi madre, pues no tenía mucho detalles más que un moño grande en la parte de la espalda baja. Estaba tan metida en mis pensamientos sobre el vestido, que no me di cuenta que alguien había llegado junto a mi
—¿Le gustaría medirselo? —escuché una voz detrás de mi.
—La verdad si —volteé emocionada a ver a la chica. —No puede ser —exclamé con sorpresa pero al mismo tiempo alegría, llevé mis manos a la boca asombrada.
—¡Elya! —soltó un pequeño grito y me abrazó, abrazo que gustosamente correspondí.
—Pero comooo —hablé separándome del abrazo. —¡Así que trabajas aquí! Kate, te extrañé mucho —la volví a abrazar, sentía tanta felicidad reencontrarme con mi amiga de la preparatoria, éramos inseparables en esa etapa, aunque después de ahí, nuestros caminos se separaron.
—Mirateee, ¡hasta ya te vas que casar! —exclamó con emoción.
Yo solo asentí, creo que luego le contaría la verdad de todo esto, le diría que no es una boda real. Kate me acompañó a medirme el vestido, al mirarme al espejo no creía que estaba justo a mi medida, este vestido me había elegido.
Sonreí nostálgica, nunca pensé que llegaría a casarme, aunque fuera por una promesa, me emocionaba por qué sabía que Chris era un buen chico, y sin quererlo a mi mejor amiga ayudándome a elegirlo—Se te ve hermoso Elya —sonrió Kate con ojos cristalizados, era mucha emoción por un solo dia.
—Me llevaré este —asentí con una sonrisa.
La abracé, pues estaba muy emocionada por haber encontrado a mi mejor amiga de la infancia, y sin querer, compartir este bello momento
—¿A que hora sales del trabajo? —pregunté caminando a la salida, después de haberme entregado el vestido.
—En una hora termina mi turno —habló deteniéndose en la puerta.
—¿Que dices si al salir, platicamos de todo lo que nos hemos perdido de ambas? —dije animada y tomando su mano.
—Por supuesto que si —ella sonrió ampliamente.
Solté su mano y nos despedimos, nos habíamos puesto de acuerdo que nos veríamos en una hora en el Starbucks de la misma plaza, sin duda alguna sería una larga plática, así que llamé a mamá para decirle que la vería después, bien dicen que por algo pasan las cosas, y que bueno que no vino para poderme encontrar con mi vieja amiga.
[...]
Llegué a la casa de Lisa, la cual abrió la puerta y me recibió con alegría y un abrazo, yo le correspondí con una sonrisa.
—¿Como estás Lisa? —pregunté emocionada.
—Bien —asintió con una sonrisa. —Ven —dijo tomándome del brazo y sentándome en el sillón de su hermosa sala.
Vi como ella subió las escaleras y me dejó confundida, solamente me citó pero no me dijo para que, aunque aprovecharía para decirle que ya tenía el vestido de novia.
—Aquí está —dijo bajando las escaleras con un vestido cubierto por un plástico trasparente.
Miré el vestido, algo viejo y sencillo para mi gusto. No era feo, pero aquel vestido que había elegido me hacía ilusión, era tan precioso y de mi gusto, sonreí fingiendo alegría, aunque por dentro me sentía decepcionada, hasta que miré a Lisa con tanta alegría y escuché algo que me hizo caer de mi nube.
—Me siento tan tranquila que tú seas quien te cases con mi hijo, por fin sentó cabeza. Gracias por elegir ser su esposa —habló mirándome con sinceridad.
Mi mente hizo click, yo no me estaba casando por amor, solamente era un favor que le debía a Chris, solamente era para ayudarlo, era algo falso para nosotros, yo no tenía control de eso, debía darle gusto a Chris y a su mamá, así que tomé el vestido y asentí, Lisa me abrazó y correspondí al abrazo, ella se sentia tan ilusionada que de verdad me dolería si algún día... llegase a enterarse de la verdad
[...]
El día de la despedida de soltera había llegado, Kate había organizado algo con las hermanas de Chris y más personas de su familia, yo no tenía muchos amigos que digamos, Kate era la única y verdadera amiga, mis"supuestas amigas" terminaban alejando de mi o se acercaban solo por Chris
—Espero que no hayas traído a los hombres esos que se encueran —dije entre risas y caminando hacia la sala, donde sería la despedida.
—Pero que dices Elya si eso es lo mejor de una despedida de soltera —respondió haciendo un puchero. —Los muchachotes son lo mejor
Iba a hablar pero el timbre de la puerta me interrumpió, negué y fui a abrir la puerta. Ahí estaban las chicas muy contentas, saludé y nos metimos a la sala, comenzaron a poner música y poco a poco el ambiente se ponía muy bueno.
—Bien, ahora sigue la bebida sorpresa —dijo Kate haciendo una pose con malicia.
—Hey, no hagas algo tonto —advertí entrecerrando los ojos.
—Cierra los ojos —respondió sonriendo de lado.
Yo negué pero lo hice, sentí que tomó mis manos y me estaba guiando, sentí algo duro en mi boca, por un momento me asusté pero logré saber que tenía sabor a plátano, supuse que era un plátano, saqué mi boca y hablé
—Si es un pene o un consolador te voy a golpear duro Kate —bufé entre risas.
—Tranquila, es más muérdelo —respondió animada.
Pensé un poco pero lo hice, lo mordí y efectivamente era un plátano
—Bueno, ya abre los ojos —dijo tranquila.
Le hice caso y abrí mis ojos encontrándome con un unos ojos azules claros, yo abrí los míos como platos y lo vi, vestido de bombero ¡Oh por Dios! Luego mi mirada fue a la bebida y vi que era un plátano con demás fruta en forma de pene
—¡Eres una hija de...!
—Shhh cállate, se que te va gustar —respondió con una sonrisa pícara.
El chico comenzó a quitarse la ropa quedando en calzones, se acercó a mi y comenzó a bailarme de manera sexy, tomó mis manos y las puso en su trasero mientras se movía, todas las chicas estaban gritando mientras yo solo fruncía el ceño, luego vi sus ojos y sonrió. Le devolví la sonrisa me quedé inmóvil hasta que Kate comenzó a reír
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Ahora, Casados [Chris Evans] (editando)
Short StoryElya y Chris Son un matrimonio feliz, y no, no es por lo que piensas. Son mejores amigos desde la primaria, ellos hicieron la promesa de que si llegaban a la edad de 27 años y estaban solteros se casarían. ¿Acaso la promesa perdurará? Una promesa es...