Sonreí, hoy era el día en el que me casaría, nunca creí que este día llegaría ni mucho menos pensé que sería con Evans. Me sentía nerviosa ¿pero por qué? Si al final de cuentas no era una boda real, solo una promesa de un par de niños que ayudaría a cobrar su herencia ¿Entonces por que los nervios? Solté un suspiro al mirarme al espejo con el hermoso vestido, durante todo este transcurso de preparar la boda y mudarnos juntos, por un momento me sentía feliz, pero después caía del mi nube al recordar la realidad.
—¿Ya estás lista? —dijo Kate entrando a la recámara, cuidadosamente, miré a mi amiga la cual se veía hermosa e inmediatamente sonreí.
—Solo me falta ponerme el velo y estoy nerviosa, digo lista —corregí rápidamente, riendo nerviosa.
—Tranquila —Kate se acercó a mi y me tomó de las manos. —Todo va a salir bien, no te preocupes
Yo sonreí y asentí, luego me ayudó a colocarme el velo y me dio un conmovedor abrazo. Al separarnos me sonrió y soltó un par de lágrimas, la volví a abrazar. Después mi madre llegó uniéndose al abrazo, la cual me dio un beso en la frente y me miró con ojos cristalizados.
—No pensé que este día llegaría tan rapido, pero me tranquiliza saber que Chris será tu esposo y sabrá cuidar bien de ti —susurró acariciando mi mejilla.
sentí un nudo en la garganta y mis ojos cristalizarse, asentí dejando caer aquel par de lágrimas y abracé a mi madre, todo me ponía sentimental, pero mis lágrimas más por ser de felicidad, eran de tristeza, por engañar así a mi madre y mi amiga.
—___ es hora —susurró tomando mi mano.
—Hagámoslo —asentí con una sonrisa nerviosa.
Durante el camino hacia la iglesia me sentí aún más nerviosa, Kate y mi madre estaban emocionadas, aunque en el fondo sabía que mi mamá estaba nerviosa. Reí levemente al verlas que se divertían cantando algunas canciones que el chofer reproducía, mientras miré mi ramo blanco hermoso y mi vestido, sonreí. Ese día comenzaría una nueva etapa de mi vida, que aunque sabía en el fondo el motivo de esta boda, me emocionaba el vivir con mi mejor amigo y compartir muchos momentos, seguirnos apoyando mutuamente
Al llegar a la iglesia las personas que se encontraban ahí nos recibieron con aplausos, miré a mi alrededor encontrándome con la familia Evans. Sonreí y salí del auto, mi madre camino junto a mi hacia la entrada de la iglesia, donde me estaba esperando Chris junto al padre, el sonrió ampliamente y después rió, yo también lo hice. Yo esperaba que algún día iría a su boda, o el a la mía, pero quien diría que por esa promesa, ahora los que serían los esposos éramos nosotros.
Llegué junto a él y mi mamá me entregó con una sonrisa de oreja a oreja, Chris también sonrió y me tomó de la mano
—Elya, te ves muy hermosa con ese vestido —susurró sonriendo.
—Tu no te quedas atrás Evans —respondí sonriendo pero al mismo tiempo sonrojada.
Fue así que dio inicio a la ceremonia, todos los presentes seguíamos con los nervios a flote, pero justamente cuando el padre me hizo aquella pregunta, sentí una corriente desde mi estomago hasta mi corazón
—Elya ¿aceptas a Chris Evans como tu legítimo esposo? —habló el padre mirándome.
Sabía que a partir de hoy mi vida cambiaría completamente, y no sabía como tomaría esto, sonreí con tristeza, quizás no iba a tener el si acepto con la persona que amaba.
—Acepto –sonreí levemente mirando a Chris, el cual también sonrió.
—Y tú Chris ¿Aceptas a Elya Peters como tu legítima esposa?
—Sí, acepto —susurró mirándome y sonriendo mostrando sus dientes.
—Ahora los declaro marido y mujer, Chris puedes besar a la novia —indicó el padre con una sonrisa.
Los aplausos comenzaron a escucharse, Chris me indicó con su mirada que era el momento que todos estaban esperando, me tomó de la mejilla y me besó, aquel beso fue más que correspondido, recordándome que no había sido la primera vez que había tocado sus labios carnosos
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Ahora, Casados [Chris Evans] (editando)
Short StoryElya y Chris Son un matrimonio feliz, y no, no es por lo que piensas. Son mejores amigos desde la primaria, ellos hicieron la promesa de que si llegaban a la edad de 27 años y estaban solteros se casarían. ¿Acaso la promesa perdurará? Una promesa es...