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El pronóstico de la televisión se equivocó nuevamente.

El lunes no fue día de tormenta, ni tampoco el miércoles.

Llego el viernes, y llueve torrencialmente. Apague la televisión para hacerlo menos real, chequee el clima en mi celular; hice tantas cosas. No se supone que el día terminara así.

Los truenos no paran de sonar. Retumban en mi cabeza como pequeños golpes que dejan moretones invisibles por todo mi cuerpo.

Nunca seré suficiente.

Esas palabras se repiten una y otra vez.

¿Si enciendo la televisión habrá una pequeña posibilidad de que esto se termine?

Si algún día dejo de existir.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora