Estamos en una lucha constante que no sabemos si vamos a perder o a ganar. El destino es incierto, así como nuestros pensamientos. Soltamos manos más de las que mantenemos con fuerza.
Me dijeron que no hay una cura, pero que hay que aprender a vivir con ello día a día; superarlo con sangre, sudor y lágrimas. Porque un día más que estemos respirando, es un día que se agrega a los logros ganados.
Sabemos que lloramos tanto como reímos.
Sabemos que cuesta tanto y el dolor genera pequeñas quebraduras que se sanan en minutos, horas y se vuelven a abrir.... Y así sucesivamente. El ciclo continua.
Estamos a bordo de una montaña rusa de sentimientos imparables.
Sentimientos que nos hacen sentir vivos y muertos al mismo tiempo.
Sé que cada día va a ser un gran desafío pero ¿Qué se pierde con intentarlo si ya siento cada sentimiento que la ganancia o la perdida me puedan generar?
Sea el resultado que me toque de esto llamado vida, lo aceptaré, porque no hay acción que no valga la pena.
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Si algún día dejo de existir.
De TodoSi algún día decido irme, hay algunas cosas que deberían saber.