Como Tú (Tom Hiddleston Fanfiction)

9. Nuevo productor

Tres semanas después el edificio estaba completamente apto para ser usado, la verdad el viejo había hecho un buen trabajo remodelando, tenía buen gusto después de todo, y lo hizo a un bajo precio, obviamente yendo yo a hacer las transacciones para materiales realmente costosos, los cuales los conseguí con rebajas.

-esta noche es la reinauguración, que te pondrás?- pregunto mi amigo saliendo de mi habitación con su traje. Él típico inglés, debería estar media hora antes del evento listo, yo… pues simplemente con estar lista un minuto antes de salir me bastaba.

-no se…- estaba concentrada leyendo una revista que había encontrado por ahí

-vamos Zoe! Tú trabajaste más que mi padre en esto, lo sabes muy bien, date crédito, te lo mereces

-Matt… puedes callarte?, si sigues así sacaré algunos snacks me pondré el pijama y me tirare como una morsa en el sofá a mirar TV

-bien, no te enojes, sé que estas en tus días, pero niña, yo me afeito, sangro y no me pongo histérico!

-será porque no tienes un útero desgarrándose?- respondí estando aun concentrada en la revista

-está bien Zo, querida, te traeré una pastilla para que te sientas mejor, tal vez un poco de cianuro…

-y que sea con vodka por favor…

-ja! Ja!- respondió desde el baño

-que sea solo el vodka querido, la pastilla ya la tomé

-bueno, entonces esperemos a que surja efecto, mientras buscare algo que ponerte

-sería feliz si me maquillas y peinas

-qué tal si te llevo alzando a la fiesta también? (!)

-no es mala idea…- seguía concentrada en mi revista.

**

Por suerte la inauguración caía un día Sábado, tendría el domingo para descansar. Mientras esperaba, deduje, Matt tenía razón, quien había trabajado duro por ello fui yo, Simon solo puso firmas y su cara, detrás de él estaba yo, y entonces era cierto ese dicho que “detrás de todo hombre hay una gran mujer”, ocupe un lugar bastante privilegiado en esa familia, pero a veces sentía que no debía estar allí, la madre de Matt era quien se dedicaba a ello, pero la pobre había fallecido un año antes de mi aparición.

Me puse el vestido elegido, sin ganas de ir, pero recuerdo que era obligación, habíamos arreglado junto a una escuela local presentar una obra de teatro hecha por los niños que iban a ella, primero tendrían su puesta en escena los niños del pre-escolar con un pequeño baile, y a continuación los estudiantes de escuela media, con una obra de no sé quién. Mucho no me interesaba, pero sabría que al ser de niños, la gente se interesaría más, además de los padres y familiares que irían allí, igualmente del buen dinero que desembolsarían por ser los primeros en usar aquel escenario del “The Queen” que por épocas de los años treinta fue muy bien visto, hasta que el dueño por cuestión de alcohol y mujeres dejó que se vaya a la quiebra. 

Matt quien era bueno maquillando y peinando, me “arregló”, la vida no le había dado cuerpo de mujer, aunque él no estaba resentido por ello, solo que sentía afecto por los muchachos, pero también le gustaban ese tipo de cosas, de mujeres, de no haber sido por él, tal vez hoy yo luciría como una niña descuidada, usando jeans y sudaderas, con el pelo corto y sin brillo, a cara lavada caminando por las calles de la gran Inglaterra, y es que solía ser así, hasta que un hecho dramático en mi vida me pego una cachetada en la cara haciéndome girar trescientos sesenta grados y obligándome a ver el mundo de otra manera.