24. Navidad

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Bien, Hiddleston se decidió a acompañarme, y yo que pensaba que después de prestarle poca atención a mi afirmación aquel día en el auto iba a decirme que no, pero en fin, ya estábamos camino a casa de Tia Lyn, con la ayuda de un GPS claro, porque ni mis padres, ni Tom ni mucho menos yo sabíamos cómo llegar al lugar. Admito que estaba algo alejado, pasamos unos terrenos vacíos, el cielo comenzaba a apagarse, la noche estaba algo estrellada, pero nubes grises amenazaban con cubrirlo por completo, hasta ese entonces me dediqué a mirar aquellos puntos brillantes hasta llegar a casa de la señora.

-tu no bajas?- pregunta él, cuando quise darme cuenta mis padres ya no estaban

-llegamos?- pregunta más boba no pude hacer, claro que lo habíamos hecho, observé a mi alrededor mientras bajaba. La nieve cubría mis zapatos, el paisaje se pintaba de blanco, bajo aquel azul de noche, me hundí en mi abrigo, realmente hacia mucho frio. Aquella casona quedaba en el medio de la nada, o al menos eso pintaba

-no has traído tus guantes?- pregunta él poniéndose frente mío

-n… no- lo miro, entonces siento sus manos tomar las mías y me muestra su sonrisa, pude observar aquellos ojos azules, su mirada, como queriendo decirme algo

-me gustaría poder hablar contigo…- dice, colocándome sus guantes

-sí, dime- respondí, y es que los nervios comenzaban a apoderarse de mí, ¿que querría decir? ¿Porque tomaba mi mano de aquella forma? Eran muchas preguntas y yo una tonta desesperada

-pues… no quiero que lo tomes a mal, y pensé en decírtelo hace un tiempo, es que yo…- mostraba una risa algo nerviosa, seguía tomando mis manos

-oigan! Par de enamorados! Entren que se están congelando- mi padre tan oportuno como siempre, nos llamó la atención.

**       

Allí estábamos, sentados en los sofás cómodos en la sala de estar, luego de la deliciosa cena que nos había preparado Lyn, y admití haberla juzgado mal, la señora no era tan ogra como lo pensé, más bien era cálida, de mejillas rosadas, ojos verdes, cabellera rubia, algo regordeta, sentada en un sofá alimentando el fuego con leña

-cuantos buenos recuerdos Al- decía ella riendo al escuchar una buena broma de mi padre

-lo son Lyn, y si Rob estaría aquí seguro asentiría-

Rob, el segundo esposo de Lyn, al parecer buen hombre yo no lo recuerdo, pues nunca me lo presentaron, noté que aquella mujer había cambiado su expresión, triste al recordar a su hombre

-era un buen hombre, aunque con sus mañas- respondió acomodándose en el sofá –me ha dejado tantos buenos recuerdos, y sin dudas las mejores experiencias- sonríe algo picara –seguro los enamorados saben de lo que hablo- nos sonríe

-Tia Lyn… tan graciosa eres- respondo algo nerviosa, es que con Hiddleston nunca había tenido un encuentro tan “cercano” y el único que tuve fue en mis sueños, lo cual no me gustaba recordarlo. Sentí como por detrás de mí sus brazos rodearon mi cintura y se acomodó sobre mí, dejando su barbilla sobre mi hombro

-aunque no lo crean, el amor anticipa, a través de las miradas

-en serio?- responde Tom al dicho de la señora

-es claro, cuando miras a alguien que realmente quieres, pones una mirada boba, incluso si no te das cuenta. Solo debes aprender a mantener esa mirada a través del tiempo- sonríe ella poniéndose de pie –iré por el postre- se dirige a la cocina

-déjame te ayudo- mi padre va tras ella. Tan pronto como mi madre aparto la mirada de nosotros me separé de Tom, aquello me había incomodado, es decir, tenerlo tan cerca… recuerdo nuevamente que estábamos haciendo el papel de pareja feliz, y le muestro una sonrisa –iré por los regalos- me dirigí hasta la entrada, donde un pasillo tenía una mesa al costado, era allí en donde habíamos dejado unas bolsas con algunos regalos.

Como Tú (Tom Hiddleston Fanfiction)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora