Como Tú (Tom Hiddleston Fanfiction)

14. Citas

Sinceramente no quería hablar de Hiddleston, y mucho menos con ese sueño, que para mí fue una pesadilla, ¿soñar con él? ¿Teniendo sexo? O bueno ¿a punto de tenerlo? Matt sabía muy bien por mi expresión que debía dejar de hablar del tema y así lo hizo por unos días. Pero era inevitable, tendría que encontrarme con Tom para rever algunos temas de presupuesto.

Miércoles, el otoño estaba en auge, se podía sentir la brisa fría. Me dirigía hacia el teatro, cuando escucho

-Zoe!- un hombre llamaba mi atención, su voz me era conocida, demasiado conocida, di media vuelta y allí estaba, quien fue mi pesadilla años atrás, y encima se atrevía a saludar?

-cómo has estado? Tanto tiempo!- se acercaba con su gran sonrisa a saludarme

-Marc!- salude exaltada –yo estoy bastante bien de hecho, tu?

-también… espero no molestarte, pero es que no sabía si eras tú o no, me costó reconocerte-

-no, solo iba a mi trabajo

-estas… distinta

-ah, si… es el trabajo

-oye… no quiero que lo tomes a mal, pero, algún día, podríamos ir a tomar un café?- al oír aquello me quedé pensando, ¿aceptaría un café de esta persona?

-si… cualquier cosa, luego te aviso- estaba por irme, la verdad es que la respuesta era “no, no quiero!”

-Zoe, pásame tu número, así te llamo

-anota…- dicté el numero lo más rápido posible –me tengo que ir, lo siento- apresure el paso, escuchándolo a lo lejos decir –después te llamo!-

**

Faltando dos semanas para el estreno, Mel estaba allí en el teatro, subida sobre el escenario, con una botella de agua en sus manos, leyendo.

-hey!- saludé

-Zoe, como estas?- pregunta algo molesta

-qué pasa?

-como que “qué pasa?”... arruine mi cita con el hombre más guapo de Inglaterra! Eso pasa!

-vamos Mel, sabes que después de acostarte con él el titulo se lo llevará  otro

-puede que sea cierto, pero él tiene algo… me gustaría despertarme con ese hombre más de una vez, abrazado a mi…

-vamos, tonterías… sabes que te enamoras de cualquier cosa que camine- sonrío y golpeo su hombro, había apoyado mis cosas sobre el escenario, ella se bajó y se puso a mi lado, entonces fijamos la mirada en el susodicho, quien entraba por la puerta principal haciendo una llamada telefónica, de traje negro, saco en mano, camisa negra y sin corbata, impecable, elegante como siempre, entonces un susurro llega a mis oídos, como si de alguien leyendo un poema se tratase

-ves a lo que me refiero… ese hombre, Tom Hiddleston, tal vez un metro ochenta, elegante y amable, de buen gusto, sonrisa impecable, encantador, buen sentido del humor, parece ser el hombre perfecto

-estás loca, ni si quiera lo conoces bien- digo entre dientes, pero sin quitar mi mirada de él, que reía mientras hablaba a unos metros de nosotras

-Hiddleston, es el hombre que puede leerte un poema, estando desnudos en la cama luego de una noche salvaje, y al rato puede ser el mismo que te arregle el auto sin miedo a ensuciarse, es como tener todo en uno…- dicho esto último las palabras de mi amiga se esfuman en aquella sala principal

-hola!- saluda él con su gran sonrisa

-hola Tom!- Mel se apresura a tomar su saco –déjame, lo guardaré-