17. Ambivalencias

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Marc me había dejado en mi apartamento, luego de esa cena que había estado exquisita, no lo niego, pero fue un tanto amarga por las cosas que dijimos, y más yo, que había metido la pata, entonces me calmé, saqué un cigarro de mi cartera y lo encendí, esperando a Hiddleston, todavía faltaban diez minutos para su llegada así que fumé tranquila, además no quise subir y tener que dar detalles a Matt, quería pensar en que es lo que le iba a contar y que es lo que no, si bien es mi mejor amigo, pues no quería decirle que el plan se había ido por el retrete. Después de ello saque un chicle y lo metí a mi boca, pensaba “¿cómo pude haberle dicho semejante estupidez? ¿De dónde sacaré un prometido?” pero luego calmaba mi paranoia “tal vez nunca más lo vuelva a ver… tal vez nunca se dé la oportunidad…” trataba de aquietarme, entonces veo al auto negro llegar, acomodé mi cabellera y saque un pequeño perfume para ponérmelo antes de que él me viera.

Bajó del auto y se acercó a saludarme, luego abrió la puerta para que yo me subiera.

-cómo has estado Zoe?- pregunta manteniendo la mirada fija en el camino

-bien- respondí, estaba algo mareada por el vino, pero nada de qué preocuparse, cuando llegara al lugar solo tomaría agua y el mareo pasaría pronto -y tú?- agregué para no ser descortés

-algo cansado, por la obra, pero bien

-está marchando bien?- pregunto

-mejor de lo que esperaba

-tienes un buen elenco

-lo es, son chicos buenos, y todos estamos muy emocionados, esperan tener buenas críticas- sonreí cuando él dijo esto último.

La galería quedaba a poco menos de diez minutos, así que tardamos menos de lo que pensé en llegar, en mi mente agradecía que ambos lugares estuvieran cerca y por no tener que pasar tiempo con ellos en el auto, pues se me hacía incomodo el tener que hablarles.

Entramos entonces Tom pidió mi abrigo para llevarlo al guardarropas. Luego volvió con su amigo, el dueño de la exposición

-espero que lo disfruten- dijo el tipo, tendría sus treinta años, de pelo y ojos  castaños, un poco más bajo que Hiddleston, de contextura robusta y barba candado.

-ella es Zoe- me presenta –decidí invitarla, pues trabaja en una galería de arte- continua, yo saludé amablemente a este hombre –Zoe, él es mi amigo Lean

-mucho gusto- dijimos al unísono

-espero sea de tu agrado mi trabajo- dice mirándome

-lo será no te preocupes, pienso que todo arte debe ser apreciado- respondo con una sonrisa cálida

-pues adelante- indica con su mano, el lugar estaba un poco vacío, éramos unas diez personas tal vez, pero es que con Hiddleston habíamos llegado un poco tarde, de todas maneras las galerías no cerraban hasta las once de la noche.

El artista nos guía por un pequeño recorrido, Lean era fotógrafo y artista plástico, entonces combinaba ambas cosas en sus obras, nos presentó a la primera, era la boca de una mujer, nos explicó el porqué de la foto y asentíamos a manera de decir que estábamos escuchándolo, caminamos por todo el edificio, hablando de fotografía, pintura, escultura. Cosas que yo sabía y de las cuales podría expresarme, Tom también tenía conocimiento, pero no tanto, así que supongo aprendía cada que escuchaba.

Habrá pasado media hora entre risas y habladurías, había congeniado muy bien con Lean, hasta comenzaba a agradarme su compañía

-y este es el último… mi favorito- era un collage, formaban dos figuras, dos personas, pero estaban de espaldas, entonces quedé mirando el cuadro

Como Tú (Tom Hiddleston Fanfiction)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora