Locura

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El avión  estalló en una enorme bola de llamas.
Corrí hacia allí, pero unas manos me sujetaron, impidiendome avanzar.
¡¡¡SARAAA!!! -grité forcejeando-¡sueltame Aron!
¡¡¡SARAAA!!! -gritó Victoria pasando a nuestro lado, las manos que me sujetaban desaparecieron y Aron corrió tras Victoria agarrandola y abrazandola contra él, mientras ella lloraba a gritos golpeando su pecho, diciendo nuestra hija, Aron... Nuestra niña....
Los bomberos apagaron el fuego pero al revisar el interior del avión no había rastro alguno de cuerpos solo los pilotos y otro aún sin identificar... Sara estaba viva pero... ¿Donde...? Entre los restos del avión ví brillar algo....

¡El collar de su madre! No iba a ningún lado sin él

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¡El collar de su madre! No iba a ningún lado sin él...
Para Victoria y Aron resultó un pequeño alivio saber que su hija estaba viva, pero no saber donde estaba o que clase de cosas le harian esos dos locos nos estaba matando...
Le entregué a Victoria el pequeño colgante.
Nunca se lo quitó... -le dije poniéndolo en su mano.
Ella miró el pequeño artilugio y, después de darle un pequeño beso se lo colocó en el cuello.
En ese momento Aron llegó hasta nosotros.
Me cuadré ante él, ya que era un alto mando en nuestra Organización.
Él me dirigió una vaga sonrisa y puso una mano en mi hombro, atrayendome hacia él, dándome un fuerte abrazo.
La encontraremos muchacho... -dijo separandose de mí-esos dos no saben con quien se han metido.
De pronto escuché como cargaban un arma, ambos no giramos, para ver a Victoria manipulando un arma enorme con gran destreza.
Y vosotros tampoco sabeis hasta donde puede llegar una madre por su hija-dijo con una mirada sombría que me produjo escalofríos.
Aron fué hacia ella y sin previo aviso la pegó a él besandola con fiereza.
Un hombre vestido de soldado llegó y poniéndose firme informó:
¡Cadete Roberts, pidiendo permiso para informar, Señor! -gritó.
Permiso concedido, cadete-dijo Aron, mientras Victoria y yo nos colocabamos a su lado.
Un avión particular, salió aproximadamente hace 1 hora y según los testigos Hugo Elizondo iba a bordo, junto con una pareja, la mujer al parecer iba en una camilla inconsciente, además los paramédicos recibieron esto como pago por la camilla-dijo entregándole algo, que él me dió a mí.

El hombre dijo que era su esposa y que iban de Luna de miel

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El hombre dijo que era su esposa y que iban de Luna de miel... -añadió el cadete y la rabia me hizo apretar mi mano alrededor de la alianza sintiéndome al borde de la locura.

Mi Bandolera (segunda parte de Mi Malvado Vaquero) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora