12.- Si nadie te detesta, algo estás haciendo mal.

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Escucho la puerta abrirse, ya sé lo que sigue después de eso porque ha estado pasando mucho tiempo: La cama se va a mover, golpes pesados en el suelo, la voz de Hadrien diciendo lo mismo, y Ione respondiendo lo mismo. Ah, hace mucho frio.

— ¡No es mi culpa!

— cada mañana es lo mismo, niño.

— ¡Estábamos viendo películas!

— Lo estábamos— intervengo antes de que la habitación quede medio destruida como otras veces— me quede dormido.

— No intervengas, Han— la última película de zombis que vimos anoche termino muy tarde, Ione se quedó dormido mucho antes que yo y yo no recuerdo cuando me dormí. Hadrien me mira, no creo que este realmente molesto, de reojo solo veo que Ione desaparece. Literal, un momento está allí, y luego ya no— eso no te servirá para esconderte...— Yo no veo que es lo que Hadrien sí, porque una de sus maldiciones va directo a la pared, a un lado del armario. No pasa nada más que la llega de Kiran, aun medio dormido.

— ¿Otra vez?

— le sirve de entrenamiento.

— ¿Ione, estas bien?

— Si— Volvemos a verle, muy lejos de donde Hadrien había lanzado la maldición.

— ¡Espera, Kiran! ¡Aun no termino aquí!— El alivio de Ione cuando Kiran se lleva a Hadrien es muy evidente y me hace reír.

— ¿Tienes que quedarte aquí todas las noches?

— Ver la televisión con alguien es mejor, me aburro si no comento con nadie lo que estoy viendo.

— Podrías regresar a tu habitación.

— me quedo dormido y no me doy cuenta ¿Tú te das cuenta cuando duermes? Me despierto hasta la mañana. Discúlpame por dormir. ¡Hoy lo hiciste bien, Hadrien no te dio!

— esa maldición de urticaria es peor que mi alergia a las ortigas ¿No conoce otra cosa que no sea esa maldición?

— debe ser lo más leve que conoce sin dañar seriamente a alguien— A mí también me ha tocado sufrir esa maldición cuando las cosas no salían tan bien como Hadrien esperaba de mí, yo siempre cometía errores muy tontos que se podían evitar si no estuviera distraído. Tener ahora a alguien más que sufra eso también es genial— ¿Quieres que ya no venga?

—... me las arreglare— Sonrió.

— Eres genial, Ione— Se pone rojo y murmura algo sobre la ropa y que salga de la habitación. El suelo esta frio, y también el aire que entra por la ventana. No nos hemos movido de la casa donde Kiran nos trajera, realmente es un ligar agradable. Mi habitación esta frente a la de Ione. Se siente extraño convivir con alguien más después de que siempre estuve con Hadrien, Kiran nos enseña cuando puede porque ahora hace labores humanitarias o algo así, suena muy aburrido. Me sorprendí mucho cuando supe que ellos estaban enamorados y no solo eran amigos cercanos. Ahora que lo sé, entiendo porque Hadrien nunca se enfrentaron en serio y siempre parecían querer decirse más cosas cuando se veían.

Siempre hacemos algo con Hadrien cuando Kiran no está, normalmente algo relacionado con la magia negra. Hoy me encargo de las pociones, mientras Ione intenta escribir maleficios en trozos de papel. No siempre le quedan bien, pero ha mejorado un poco desde que comenzó.

— esa letra esta al revés.

— esa es nueva, no la conozco.

— la letra sigue estando al revés. Y si te sigues preocupando por en donde irá a terminar esta, nunca vas a hacer que funcione— Ione suspira, arruga el papel y toma otro para comenzar de nuevo.

Crónicas de un aprendiz de nigromante (Crónicas #4)Where stories live. Discover now