Voy a morir.... es todo lo que pasa por mi mente mientras corría, ya estaba llorando también. No miré hacia atrás, ¿para qué? Existe la posibilidad de que si miro hacia atrás podría caer o peor aún ver al lobo justo detrás de mí.
*Ya sabía que el lobo estaba más cerca, podía oír sus patas golpeando fuerte en el suelo, además nunca podría correr más rápido que un lobo, pero tampoco me voy a rendir. Estaba rezándole a Dios para que ocurriera un milagro, alguna ayuda o al menos una solución.
*De repente veo un árbol que tiene algunas ramas que son bastante bajas, pensé entonces que tal vez podría trepar al árbol, los lobos no pueden trepar a los árboles, creo. Sólo espero poder llegar a ella antes de que el lobo me alcance.
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*¿Saben que cuando la gente está asustada hace cosas que no Creían o sabían que podían hacer, bueno... eso me pasó.. tal vez fue la adrenalina, pero creo que fue más porque estaba muy asustada?
*Pero en cuanto me acerqué al árbol salté sobre esa rama como si fuera un mono y no me detuve, seguí subiendo, no pensé en ello... no había tiempo para dudar, seguí subiendo hasta que estaba lo suficientemente alto. Después de unos segundos me siento en la rama del árbol y trato de recuperar el aliento, después un respiro de alivio salió de mi boca.
*Empiezo a orar a Dios diciéndole que lo amo y agradeciéndole, también esperando que me ayude a salir de esta situación ilesa.
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*Y bueno, Aquí estaba yo, en una hermosa tarde, sentada en la rama de un árbol en medio del bosque, asustada por mi vida.
*Después de unos minutos miro hacia abajo pero ya no veo al lobo, no estoy pensando en bajar, tampoco tengo ganas de morir. Así que me tomé mi tiempo para respirar y procesar lo q paso y luego Empiezo a sacar el teléfono del bolsillo, pero mis manos temblaban como locas. Cierro los ojos y trato de calmarme respirando profundamente.
-Nata : Tranquilízate.
*Me digo a mí misma mientras pongo mi mano en mi corazón. Después de lo que supongo que fueron unos minutos, tomé mi teléfono y empecé a presionar el número de teléfono de mi mamá. Entonces me detengo a pensar. Tal vez debería llamar al 911 en su lugar. Y sin pensarlo lo dije en voz alta.
