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-¡Yoongi-ah! ¡Vuelve a ser el gran día! -exclamaba muy feliz y emocionado Hoseok.

El mayor se encontraba preparándose a su paso lento, esta vez con ropa mucho más simple, normal y más él. Unos vaqueros, quizás, y alguna camiseta que fuera a conjunto. No era demasiado relevante la ropa en esta ocasión.

Después de un tiempo, Yoongi había conseguido mentalizarse de nuevo de que iba a volver a aquel sitio tan espantoso para él. Sinceramente, no tenía el más mínimo interés en ir, si es que ya había tenido poco al ir por primera vez.

-¿Estás listo, Hobi? Terminaré pronto de prepararme y quiero que salgamos rápido. Mientras antes lleguemos y antes tenga la cita, mejor.

El menor asintió con un brillo en los ojos y se puso a corretear por la casa, ordenando algunas cosas que tuvieran esparcidas por ahí antes de salir de ella.

Yoongi salió de la habitación con gesto neutro, mientras se quedó observando lo desastroso que era Hoseok para recoger las cosas.

-Vale, suficiente -acabó diciendo, rodando los ojos-. Vámonos.

Salieron de la casa el mismo recorrido que la otra vez con el coche. El viaje se mantuvo en un ambiente quizás algo serio y callado, pero es que Yoongi estaba incluso más nervioso que la última vez.

En cuanto llegaron, bajaron tranquilos del coche. El más mayor ralentizó el paso, seguido a la misma velocidad por Hoseok. Éste le dio unas caricias en la espalda para darle ánimos, tal y como la última ocasión en la que fueron.

Entraron en el local y los recibió un chico joven. Pero no era el mismo que el de la última vez; no era Namjoon.

-¡Bienvenidos! Yoongi, ¿cierto?

Asintió con la cabeza, sin pronunciar palabra. Volvía a estar demasiado cohibido como para tratar de mantener una conversación. ¿Con qué clase de loco se encontraría ese día? Y por supuesto lo hacía pensando en que Seokjin era un loco. ¡Mucho más que eso! Pero, por algún motivo, le apreciaba.

-Pasa por aquí. Es la segunda vez que venís, ¿verdad? Y creo que la última vez, tu amigo se quedó en la otra sala.

-¡Así es! Tengo que observarle bien y asegurarme de que no la líe -bromeó de buena gana Hoseok, a pesar de que el albino le dirigió una mirada algo molesta.

-En breve llegará tu cita -anunció el presentador-. Puedes dirigirte a la sala de cámaras -le dijo al menor, haciéndole ser acompañado por otro de los chicos del programa.

Pasaron unos pocos minutos y la puerta de entrada se abrió lentamente. En un principio, nadie pasaba, pero entonces se pudo ver cómo tímidamente entraba un dulce y bajito chico de cabellera rosa.

Yoongi se quedó muy fijamente mirando al chico, le era imposible apartar la mirada de él. Nunca antes había conocido persona tan adorable como la que estaba avanzando tímidamente por el pasillo.

Entró al restaurante con la misma timidez y saludó al presentador.

-Ho-Hola... -habló en un tono muy bajito y agudo. Tan dulce como los propios ángeles, tan suave como el tacto de una manta, tan bajito como el maullido de un gato.

El corazón de Yoongi se aceleró irrefrenablemente en cuanto escuchó su voz. ¿Había hablado de su apariencia? Eso era que todavía no había escuchado su voz, porque ahora pensaba incluso mejor de él.

-¡Buenas noches! Jimin, pasa por aquí...

Le guió hasta Yoongi, donde entonces los dejaron a solas para que pudieran hablar un poco antes de pasar a la mesa donde llevarían a cabo la cita.

«First date» || YoonSeokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora