Sonaba el timbre de la puerta de forma desesperada mientras ella notaba como las gotas de agua rodaban por su cuerpo. Salió de la ducha y envolvió su cuerpo en una toalla de color celeste, mientras se dirigía hacia la puerta maldiciendo mentalmente a quien se encontrase detrás de ella.
-. ¡¿Tú?! –exclamó nada más verlo.
-. Vaya... no sabía que vivías aquí.
La miró de arriba abajo, si disimular apenas un ápice, haciendo que el enojo de ella fuese en aumento.
-. ¿Qué quieres?
-. ¿Siempre eres así de desagradable con los vecinos?
-. No me jodas... ¿Mi vecino?
-. Me temo que sí preciosa.
-. No habrá casas en toda la ciudad que tienes que venir a vivir a este bloque.
-. El destino cariño.
-. Estás agotando mi paciencia. ¿Qué quieres?
-. Se me atrancó el baño.
-. Te jodes, mala suerte. ¿Algo más?
-. Se me está llenando la casa de agua.
-. Mira, así practicas la natación, y lo mismo con un poco de suerte te ahogas.
Hizo intención de cerrar la puerta, pero él la paró con el brazo.
-. Solo necesito que me digas quien es el presidente de la comunidad.
-. Ese no es un problema de la comunidad.
-. ¿Y tú qué sabes?
-. Yo soy la presidenta de la comunidad. Llama a un fontanero, o mejor aún, múdate.
Y cerró la puerta dirigiéndose de nuevo a la ducha.
Trabajaba con su ordenador portátil sobre la mesita del salón cuando volvió a sonar el timbre de la puerta. Se levantó a abrir y lo vio de nuevo allí.
-. Vaya... veo que no te ahogaste ni te mudaste... una pena.
-. Buenas tardes Amaia.
-. Anda, si tienes educación.
-. Si, siento no poder decir lo mismo de ti.
-.No me toques las narices que no estoy de humor.
-. Nunca lo estás.
-. Contigo jamás. ¿Qué quieres ahora?
-. El fontanero me dijo que el problema es de la comunidad. Está atrancada la tubería general. No debo ser el único que tiene problemas en su baño.
-. Llamaré al fontanero. ¿Algo más?
-. ¿No podrías ser amable ni por un segundo?
-. No... nadie me paga por ello. Buenas tardes.
Y volvió a repetirse la escena de la mañana, cerró la puerta ante las narices de él.
Cerraba la maleta y comprobaba que llevaba todo lo necesario para su viaje, iban a ser demasiados meses trabajando fuera. Miró a su alrededor, todo estaba en orden. Dejaba la casa limpia y ordenada. Una casa pequeña, acogedora, sin fotos, al fin y al cabo no tenía nadie con quien compartir esas fotos, sobria en su decoración, pero alegre y luminosa, como realmente era ella.
Había sido una excelente estudiante, siempre se aplicó en sus estudios para llegar a ser lo que siempre soñó. Al terminar la carrera trabajó en todo lo que pudo, trabajó duro hasta que la salió la oportunidad de dedicarse a lo que más la gustaba, la arqueología.
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La cajita de música
Fanfiction-. Dice una antigua leyenda egipcia que esa cajita de música perteneció a un faraón. Un faraón que estaba enfermo de amor. Amaba en silencio a una bella mujer, que no conocía apenas. El faraón no comía, no dormía, no reía... vivía en su mundo interi...