Poco a poco el embarazo iba progresando, ya estaba de cinco meses y se la notaba su tripita abultada. Estaba feliz con su bebé, a pesar de que con Alfred discutiese un día si y otro también.
Y aquel día no iba a ser menos.
Estaba entretenida con su ordenador portátil, sentada como los indios en el sillón, sosteniéndolo sobre sus rodillas.
Estaba terminando de realizar un catálogo que la habían pedido en un museo arqueológico cuando sonó, una vez más, el timbre de su casa.
-. Vaya... pensé que hoy me libraría de ti.
-. Pues te equivocaste.
-. Ya lo veo ya...
-. ¿Me dejas pasar?
-. ¿Debería hacerlo?
-. Por favor... es importante.
Amaia se hizo a un lado y Alfred pasó hasta el salón.
-. Siéntate donde quieras... te diría que como en tu propia casa pero mejor no, no vaya a ser que te guste y entonces no tenga forma de librarme de ti.
-. Veo que tu sentido del humor aumenta como el tamaño de tu barriga.
-. Gracias por llamarme gorda.
-. ¿Eres boba? Estás preciosa con esa barriga.
-. Vale, muy bien, estupendo ¿qué querías?
-. Despedirme de ti.
-. ¿Despedirte?
-. Me marcho mañana.
-. Ah que bien...
-. ¿No vas a preguntarme donde?
-. La verdad... no me tienes que dar explicaciones de lo que haces con tu vida.
-. Me voy por trabajo, quería que lo supieses.
-. ¿Por trabajo? A mi nadie me ha llamado.
-. Ya lo se, yo soy el coordinador de la expedición.
-. ¡¿Qué!? ¿Tú me has dejado fuera?
-. Si.
-. Eres más cabrón aún de lo que pensaba.
-. Ey Amaia no te alteres.
-. No, si quieres te aplaudo con las orejas, no te jode.
-. No te pongas así.
-. ¿Y cómo quieres que me ponga? Me has dejado fuera de un nuevo proyecto... ¿te vengas de mi?
-. Oh Vamos Amaia, no digas tonterías.
-. Tonterías... para ti son tonterías.... Estás jugando con el pan de tu hija.
-. Vaya, es la primera ve que dices eso de "tu hija"
-. No me cambes de tema Alfred, no hablamos de eso, hablamos de que me has dejado fuera.
-. Estás embarazada.
-. ¿Ah si? Fíjate que no me había dado cuenta.
-. No estás en condiciones de ir de expedición.
-. No estoy enferma, ni invalida.
-. Si, pero tampoco puedes ir, y lo sabes.
-. Yo no se nada Alfred... tu mandas, pero que sepas que nadie va a hacer mejor el trabajo que yo.
-. Eso no lo he dudado ni medio segundo. De todas formas no estás fuera del proyecto.
-. ¿Ah no?
ESTÁS LEYENDO
La cajita de música
Fanfiction-. Dice una antigua leyenda egipcia que esa cajita de música perteneció a un faraón. Un faraón que estaba enfermo de amor. Amaba en silencio a una bella mujer, que no conocía apenas. El faraón no comía, no dormía, no reía... vivía en su mundo interi...