Cufa - I

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El barco de la tripulación LandLocked estaba llegando a tierra firme, a una isla bastante alejada de la ciudad de Gisarth, ya que ahí, se dice esconder un tesoro muy valioso. Pero no todos los marineros creían esto.

—Me parece absurdo —reclamó Cufa. Un joven adolescente que vivía con la tripulación desde que tenía doce años de edad. Nunca pudo saber nada de sus padres, si es que murieron, o si es que simplemente se marcharon y lo abandonaron, él antes vivía en un orfanato, en una ciudad llamada Preim, ubicada en uno de los cinco continentes, Eustris. Con su capucha siempre puesta, su pelo castaño, y su vestimenta oscura, era realmente intimidante.

—¿Absurdo? —le respondió su compañero de camarote, Julián.

—Totalmente, me reiré mucho cuando lleguen todos ilusionados al supuesto lugar del tesoro, que esconde una inmensa cantidad de oro, y que los harían ricos así sin más. El único tesoro que van a encontrar son unos peces moribundos tirados en la arena, listos para comerlos crudos.

—Verás que no, es más, voy a bajar allí, y si encuentro algo de oro, no te compartiré nada.

—¿Si encuentras oro piensas que el capitán te dará algo?

—¿Por qué no me daría?

La puerta de la pequeña y antigua habitación, con camas marineras, se abrió de un golpe muy brusco.

—¡A limpiar la proa! —exclamó el capitán del barco.

—Justamente por eso. Solamente limpiamos, no somos nada para él.

—Pero, nos paga, a veces —dijo las tres palabras separadamente.

—Pura miseria. Supongo que deberíamos agradecer que nos da de comer —dijo Cufa con bronca.

Salieron los dos de su camarote, directos a limpiar la proa del barco, junto a otros dos tripulantes más.

El barco era grande, muy grande, por lo que tenían bastante trabajo por delante. Tenían que rascar entre los espacios de cada madera del suelo y sacar toda la mugre de allí. Levantar todos los pescados del piso, todas las algas, era desagradable. Y todo para que cuando el capitán este con "buen humor", recibir unas pocas monedas de plata. Pero eso sí, una sola mancha en su barco, significaría un castigo muy caro.

Luego de horas de limpieza, el barco llegó a tierra firme, a "La isla del tesoro". Cuando el tajamar tocó la arena, se sacudieron todos dentro, trastabillándose varios.

—¡Todos abajo, solo uno se quedará en el barco para cuidar! —exclamó el capitán.

Y quien decidió quedarse arriba fue Cufa.

—Me quedo —Dijo Cufa

—Bien, verás que no te daré nada del tesoro que encuentre. —dijo seriamente Julián

—No piensas darme nada porque no encontrarás nada —le respondió.

—Ya veremos, cuando venga con las bolsas y un color dorado dentro de ellas.

—Ya veremos, entonces —Cufa le siguió respondiendo.

Julián, junto a los demás marineros, se bajan del barco.

—Recuerda, si ves peligro, toca el silbato, dejaremos a alguien aquí adelante también para que nos venga a avisar —le terminó por decir el capitán a Cufa, y se fue el también a buscar el tesoro.

Eran las seis de la tarde para ese momento. Todos habían bajado, y el joven, solo arriba, se le pasó por la cabeza robar el barco, llevarlo lejos, muy lejos, pero rápidamente esa idea se desvaneció de su cabeza, porque en verdad, estos marineros le dieron la vida a él, le dieron de comer, un refugio, una familia, pero lo trataban muy mal de todas formas. El capitán solamente lo mantenía porque le servía para limpiar el barco, pero en una que haga algo mal, no le importaría tirarlo al agua helada.

Dos horas mas tarde, toda la tripulación estaba nuevamente encima del barco. No encontraron nada, como Cufa lo pensaba. Era claro que en estas islas no iba a haber tesoro alguno, eso es solo puro contenido para las películas.

—¿Y el tesoro? —preguntó Cufa.

—No hay tesoro.

—Y qué te dije Julián, puras falacias e imaginaciones del Capitán.

—Cállate —le respondió con un tono de amargura. Al parecer, no podía aguantar la idea de que Cufa tenía la razón, de que en verdad, él en el barco parecía tener mas sentido común que todos los demás.

La noche se estaba acercando, y unas inmensas nubes negras contrastaban con el cielo gris. Una tormenta se estaba aproximando, y una muy fuerte.

Gisarth - La búsquedaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora