Después de lo ocurrido, Eliza es mas cuidadosa que nunca en su vida diaria.
Ya no sale sola del trabajo y sobre todo, cierra excesivamente bien la casa antes de irse a dormir. Al principio se quedaba con Meryl en su departamento hasta que se sintió mejor para volver a la casa que se rehusaba a dejar ya que es lo único que posee.
—Deberías vender esta casa, es muy insegura —le dice Manuel
—Ni loca, esto es lo único que tengo que es realmente mio, no puedo dejar que un maldito depravado arruine lo único bueno que me pasó en la vida.
—Pero Eliz...
—¡Ya basta! Dije que no la dejaré y punto. Perdona Manuel, mi problema no es contigo es sólo que... Es lo único que he tenido desde los 15, no quiero renunciar a ello tan fácilmente.
—No es que no te entienda, es que me da miedo que algo te suceda de nuevo.
—A mi me pasa igual pero...
—Me mudaré contigo —le dijo con mirada decidida.
—¿¡Qué!?
—Esa es la mejor solución para que todo esté bien y yo no tenga que preocuparme cada madrugada de ti.
—Estás loco, ¿Qué pasará con tu departamento?
—Estará bien. Vamos, además te pagaré ¿si? — le dijo haciendo una carita de perro regañado.
—Está bien... —aceptó suspirando.
—Bien, entonces iré a buscar mis cosas, no me tardo —estaba muy feliz
—Que raro que eres...
Al cabo de un rato Manuel llegó a la casa de Eliza con varias de sus cosas más importantes como: su laptop, cuadernos, vestimenta y unas cuantas cajas mas.
—En el mismo cuarto de la otra vez, ¿verdad?.
—Si tu quieres.
—Vamos, no seas tan seca, es que no quiero dejarte sola aqui.
—No me gusta que me sobreprotejan cuando desde los 15 me cuido sola. Me siento como si fuera una inútil.
—No lo tomes tan a pecho. Sólo viviré contigo para protegerte, pero haré todo lo que esta en mi para no incomodarte.
—Esta bien.
Los dias transcurrieron normalmente, del trabajo a la casa y de vez en cuando salía a tomar un poco con Meryl. No había pasado nada fuera de lo normal hasta que...
—Bueno, ya me voy nos vemos mañana.
—Hasta mañana, ¿No quieres que llame a Manuel para que venga por ti?
—No, hoy tengo que comprar algo en la tienda lo llamaré yo desde allá.
—De acuerdo, cualquier cosa no dudes en llamarme.
—De acuerdo, adiós amiga —se despidió haciendo un gesto con la mano.
Después de ir a la tienda todo estaba normal. Va caminando en la calle pero de repente empieza a llover, Eliza comienza a correr y logra llegar a un pequeño rincón en frente de una tienda y allí se protege del agua, pero no está sola.
—Hola —le dijo el desconocido
—Hola —contestó de mala gana.
—¿Qué mal clima no?
—Ajá...
—¿No eres muy conversadora verdad?
—Ahh ¿se nota mucho?
—Bastante, si.
—Que bueno, es justo lo que quiero.
—Al fin esta parando la lluvia —Eliza lo ignoró.
—Pues adiós señorita gruñona, espero que le vaya bien —dijo alejándose.
—Que con este...
Luego de eso se dirigió a su casa donde Manuel le esperaba para darle un sermón por no haberlo llamado. Después se fueron a acostar como de costumbre. Lo que Eliza no sabe es que como casi todas las noches, ésta también seria observada por alguien desconocido por ella.
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Acosada [Editando]
De TodoEs mi primera historia sobre acoso donde, no solo se ve el punto de vista del personaje principal si no de quien los rodea especial mente el acosador, espero que lo disfruten.