Acosada [Editando]

10- nadie mas

Estaba preocupado, después de como quedó mi bella aquella noche que la salvé y que tuve que salir huyendo cuando el mequetrefe ese llegó no he sabido nada de ella.

Me quede vigilandola, ese idiota quiere algo más con ella. Lo sé por como la mira, se ve que desea su cuerpo puro e inmaculado. Maldito, donde se te ocurra tocarla te parto imbécil.

Estuve visitando su casa y vi como su amiguito la cuidaba. El se llama Manuel si mal no recuerdo, siempre la cuida cuando no estoy cerca. Noto como ese maldito quiere aprovecharse de ella, al parecer esta borracha o drogada, le agradezco a Manuel que la cuide y aleje de ese maldito bastardo.

Esta noche volví a entrar a su casa, ella no sabe como lo hago tan fácilmente y es que el pasadizo es un secreto al parecer, pero sin el no pudiera ver a mi reina dormir en paz como lo esta haciendo ahora.

Escucho unos pasos, me escondo pero de un modo que me permite observar y veo al maldito del Paul, ahora sé su nombre, entrar al cuarto de mi amada.

La observa con deseo y lujuria, toca su pelo.

No se lo permitiré, ella es solo mía y de nadie mas. Cuando iba a salir para encargarme de quitarle la vida a este maldito ella se mueve y el la ve unos breves momentos y luego se marcha. Después de eso la observé un poco más y luego me marché.

Al otro dia ella se levantó, tan hermosa que es recién levantada. ¡La amo tanto!

Pero parece que esta discutiendo con Manuel y Paul, ¿qué pasa?

Me decido a entrar para ver y escuchar mejor desde mi pasadizo. Me doy cuenta cuando manuel se va y luego de eso lo que sigue es... es.

La está besando a la fuerza, ¡La acorraló en la pared y la besó a la fuerza!

No aguanto más. Saqué mi cuchillo y esperé, espere a que estuviera solo y descuidado. Me acerco a el y le clavo el cuchillo en el hombro, pero el se voltea y forcejea. Maldición, es bueno defendiendose.

Me golpeó en la cara pero yo aproveché cuando caí al suelo y le halé los pies, lo que hizo que cayera y se golpeara la cabeza. Aproveché y lo degollé al instante, pero mi furia era tanta que no pude hacer mas que clavarle mi cuchillo hasta quedar satisfecho.

—¡Esto te pasa por acercarte a mi mujer, cabronazo!

Ella es solo mia, no dejaré que nadie mas me quite mi felicidad.