Una noche normal en el trabajo de Eliza se encuentra de nuevo con el chico de aquella vez.
—Vaya, vaya... Pero si es el metiche.
—Vaya... Pero si es la gruñona, entonces trabajas aqui eh.
—No que va, solo me pongo detrás de la barra porque ahora es moda hacerlo.
—Bueno, veo que aún no se te quita lo gruñona, deberías tratar mejor a los clientes para que no te despidan.
—Esa amenaza tuya funcionaría si no fuera que la mayoría de clientes están aqui por mis malos tratos, asi que acusarme no te serviría de nada.
—Vaya que eres ruda, hasta en tu trabajo eres una gruñona.
—Bueno a si son las cosas aquí, si quieres beber pide algo, si no lárgate que me quitas mi tiempo.
—Está bien, entonces dame una cerveza gruñona.
—Primero, me llamo Eliza no gruñona y segundo, ¿de cuál la quieres?
—Bueno Eliza, ya que eres la experta te dejaré elegir por mi y mi nombre es Paul.
—Claro Paul, ya regreso con tu orden.
***
—Eliza he notado algo esta noche, ese cliente nuevo, no te ha quitado los ojos de encima desde que te vio —le dijo Meryl tiempo después.
—Pues es verdad, también lo he notado.
—¿Acaso lo conoces?
—Hace par de noches que me lo encontré en la calle y por casualidad que hoy esta aquí, eso es todo. Yo no le caigo bien, ni el a mi, así de fácil.
—Oye y no te asusta que el pueda llegar a ser...¿tu acosador? —lo último lo dijo en susurro.
—Bueno... me mantendré atenta. Aunque siéndote sincera, ni se me había ocurrido.
—¿Eliza por qué eres tan lenta? ¡Por Díos!
—¡Heyy cantinera! —un cliente llama.
—¡Ya voy! Hablamos después amiga.
***
Eliza
Salí del trabajo como de costumbre para esperar a Manuel, que vendría por mi como siempre desde que se mudó a mi casa. Sé que solo quiere cuidarme, después de todo es mi mejor amigo y único amigo hombre por cierto.
—Heyy, heyy ¿Qué hace una chica tan linda como tú en un lugar como este?
Unos tipos de la calle se me acercan.
—Vamos, no seas arisca con nosotros, solo estamos preocupados por tu seguridad. Una chica tan linda y sola en la calle a estas horas, mira que cualquier loco depravado te puede salir.
—Pero para eso están ustedes verdad, y les advierto que si alguno se me acerca les pondré sus bolas de gargantillas —dije de mala gana.
—Vamos nena, ni que fuera el fin del mundo. Solo jugaremos un rato y si aceptas tranquilamente será mejor para ti —sacó una navaja.
—Sabes, así como está esa navaja es que seguro lo tienes por eso. Sólo molestas mujeres en la calle porque con tal acompañante quien quisiera nada —dije desafiante a ver si se le bajan los humos.
—Jajaja ya veo saliste osada eh, eso solo me prende más —dijo con cara morbosa.
Cuando uno de ellos se me acercó le di con mi bolso en la cabeza (el cual tenia ladrillos en el) y este cayó inconsciente en el suelo. El siguiente me agarró de las manos pero pude patearle las bolas con la punta de mi tacón. Pero el tercero me tomó por el cuello dejándome casi inmovilizada y luego golpeó muy fuerte mi vientre haciendo que cuando me soltara yo cayera en el suelo por la falta de aire y el dolor.
—Ahora si me la pagarás maldita puta —dijo para luego empezar a golpearme causando que ya no pudiera moverme mas, sentía como este empezaba a quitar y desgarrar mi ropa y manoseaba cada parte de mi cuerpo.
—M-mal-di-dito —apenas pude decir, el sabor a sangre que emanaba de mí decía que no podía hacer nada mas... ¿Por qué diablos esto me tiene que pasar a mi?
Lo sentía, el se estaba bajando los pantalones y aunque solo veía una sombra por los golpes, sabía lo que iba a pasar ahora.
—Me divertiré mucho contigo perra y después mis amigos también —me dijo posicionandose encima de mi y cuando empece a sentir que el iba a entrar a mi escuche una voz.
—¡¡Qué le haces maldito!!
Pude ver solo sombras, pero supe que quien estaba ahí me defendía. Aunque no reconocí su voz, pude darme cuenta que estaba golpeando al imbécil que intentaba violarme.
—¿Elizabeth estás bien, no te hizo nada?
—¿Quién... quien eres...?
—Tranquila, no te dejaré sola. Te amo Elizabeth nunca dejaré que nadie te toque, tu eres solo mía... Esos malditos ya están muertos, no volverán a tocarte jamas.
Muertos... Esos tipos están muertos. El los mató, cómo se supone que eso deba tranquilizarme si ahora mismo un asesino me tiene en sus brazos.
—Por dios mira como te tienen. No quiero que ese maldito que ahora vive contigo te vea asi, pero tampoco te quiero dejar asi en la calle sola. Por hoy tendré que aguantarme..
Me abrazó con una necesidad enorme entre sus brazos como si yo fuera su mas grande tesoro. Pero quién es el... ¿Acaso será...? No pude pensar mas caí inconsciente, al despertar estaba en el hospital.
—¡¡¡Eliza!!! —llamó preocupado Manuel.
—Mmm ¿Qué pasó?
—¡Eliza! —Meryl estaba llorando.
—Así que ya despertaste, que bueno, dime sientes algo en particular —me dijo el doctor.
—Me duele mucho el cuerpo.
—Eso es normal, considerando lo que te pasó.
—¿Lo que me pasó?
—¿Acaso no lo recuerdas?
—Recordar... —de un momento a otro las imágenes de esa noche pasaron por mi cabeza...—Dios.
—Así que ya despertaste —era Paul.
—¿Qué, qué haces aquí?
—Como que qué. Primero, fuí yo quien te encontró en el suelo tirada ensangrentada y al lado de tres cadaveres y segundo, soy policía y este caso me lo dejaron a mi.
—¡Eres policía!
—Pues si, no sé de que te sorprendes tanto.
—Es que nosotras creíamos que eras un acosador o algo asi —le respondió Meryl.
—Auch eso es un golpe bajo, en fin, Eliza solo necesito que me digas lo que paso hace 5 dias.
—¡Cinco dias! ¿Acaso estuve inconsciente cinco días?
—Sí, pero al menos estuviste tranquila, aparte de los golpes no tienes nada más. Al parecer intentaron violarte —dijo Manuel.
—Si, pero el me salvó.
—¿El? —quiso saber.
—Sí, el... el que entró en mi casa aquella vez. Supe que era el, definitivamente sé que era el..
—Bueno, creo que ustedes me tienen que explicar varias cosas, asi que empiecen —dijo Paul.
Le conté todo al oficial Paul, que raro decirle a si al metiche ese. Le conté todo; desde que empezaron los mensajes hasta la noche en que intentaron violarme.
—Bueno creo que tienes un acosador Eliza, al parecer está obsesionado contigo y creo que no quiere que ningún otro hombre cerca de ti. Esto es algo muy peligroso para ti, no sabes de que sería capaz este sujeto, ya que al parecer tu no lo conoces la pregunta aquí sería de dónde te conoce el a ti.
—No sé nada, sólo sé que el al final de cuentas fue el que me ayudó.
—Pero así como mató a esos tipos te puede matar a ti en cualquier arranque, es un psicópata Eliza —intervino Manuel.
—Lo sé, solo digo... solo digo que quizá no sea malo, solo no se bien, ya no sé ni lo que digo.
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Acosada [Editando]
RandomEs mi primera historia sobre acoso donde, no solo se ve el punto de vista del personaje principal si no de quien los rodea especial mente el acosador, espero que lo disfruten.