Tres

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Tres: suficiente.

Yoongi seguía mirando aburrido el televisor frente suyo, en su mano tenía un mando de vídeojuego, en el centro de este una JH estaba marcada con plumón dorado, mientras abajo de las letras había un pequeño sol con una sonrisa.

Miró el reloj, seis de la tarde.

Yoongi suspiró antes de cerrar sus ojos, y como un niño pequeño, deseó con todas sus fuerzas que ocurriera otra vez.

Estuvo en silencio durante varios segundos, hasta que escuchó un grito en la entrada de su casa.

— ¡Yoongi! ¿¡Cuántas veces te he dicho que odio esa serpiente de plástico!?

El rubio no pudo evitar dejar escapar una risa, su cuerpo levantándose rápidamente mientras iba a abrir la puerta.

— Estás aquí...—  Una sonrisa se escapó de los labios de Yoongi, quien miraba de arriba a abajo al chico —  ¿Es esto real?

Hobi le regaló una tierna sonrisa antes de entrar a la casa.

— ¿Porqué no mejor jugamos Mario Kart?— Yoongi miró como Hoseok se sentaba en el sillón y tomaba el mando que solía ser suyo.

Lo tomaba, y este no caía.

— C-Claro—  Yoongi volvió a parpadear asombrado mientras preparaba todo. Marcando a los dos jugadores en la pantalla.

Y apenas empezaron a jugar, el avatar de Hobi (su hermoso Hobi) si se movía, si estaba ahí.

Una sonrisa volvió a adornar el rostro de Yoongi.

La tarde pareció ser eterna mientras ambos jugaban videojuegos, sus risas y gritos divertidos se escuchaban por todo el salón, resonando más que nada los pequeños gritos de emoción de Hoseok.

Finalmente ambos acabaron la noche viendo una película de terror. Hoseok gritaba fuertemente ante las escenas sangrientas mientras Yoongi se reía al mirarlo.

En algún momento, Yoongi dejó de mirar la película para comenzar a mirar solamente a Hoseok, quien en algún momento sintió la mirada del rubio y se giró a mirarlo también.

— Te ves más brillante que nunca, pequeño príncipe— Yoongi le sonrió a Hoseok, y este apartó la mirada avergonzado.

El rubio esperaba ver el típico rubor del contrario, antes de acercarse a él y besarle. Como solían hacerlo todas las tardes, como solían hacer todo el tiempo.

Pero no ocurrió.

— T-Tú...— Yoongi sintió un frío apresar su espalda y parte de sus hombros. — Tú si estás aquí, ¿cierto?

Hoseok mantuvo la mirada baja, la sonrisa desapareciendo de sus labios

— Tú si debes ser real, ¿verdad, Hobi?—  Otro silencio se formó en el lugar— ¡Mierda Hoseok! ¡Si te hablo es para que me respondas!

— Yoon, tranquilízate— Hoseok miró asombrado al rubio mientras este se levantaba del sillón enojado (más bien, asustado)

— ¡Fuiste lo mejor en mi vida! ¡Tú no te puedes ir! ¿Me escuchaste? ¡Tú debes quedarte aquí!— Yoongi se acercó a Hoseok y lo tomó de los hombros. Que volvían a sentirse fríos-— Tú eres real ¿cierto? Tú si eres real...

El silencio de Hoseok hizo estremecer el cuerpo del mayor, quien bajó la mirada sintiendo el miedo convertirse en tristeza, y un fuerte nudo se formó en su garganta.

Sin pensarlo mucho Yoongi apoyó su cabeza en el pecho de Hobi, y comenzó a sollozar cuando esté acarició sus cabellos de manera lenta y suave.

Escuchar los latidos del corazón de Hobi siempre le calmaban, siempre.

Ahora se asustaba de su notable ausencia.

— ¿Te vas a quedar aquí? ¿Puedes estar conmigo?— Preguntó en un hilo de voz. Su cuerpo sintiéndose pequeño en los brazos de su Hobi.

— Si pudiera estar contigo, sólo una fracción de tiempo, ¿eso sería suficiente?

La garganta de Yoongi se hizo pequeña, recordando esa misma frase hace cinco años, cuando ellos recién eran pareja, y Yoongi era un maldito adicto.

"No te necesito a mi lado, niño engreído, ¿sí quieras crees que te quiero en mi vida?"

"A estas alturas no lo sé Yoongi, pero si tú no me necesitas... Yo sí, yo a ti si te necesito, y entiendo si no me quieres siempre a tú lado pero... Si pudiera estar contigo sólo una fracción de tiempo, ¿sería suficiente?"

Yoongi cerró sus ojos, recordando la respuesta de esa época. Recordando la mirada herida de su sol.

— Sería más que suficiente— Respondió ahora, sintiendo su propia voz ahogada.— Sería todo lo que necesito.

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