Capitulo 15

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Llegamos super-justos de tiempo. Mi Maestro me miró serio, pero no dijo nada respecto mi ropa mojada.

- Apunta esa diana - me señaló una. – Y di Fulvio.

Apunté lo mejor que pude, sentí un calor me hizo tensar mis músculos al decirlo y secó mis ropas. – Fulvio.

Una bola de fuego recorrió el aula con un silbido. Acertó a la diana, haciéndola estallar y dejando unas brasas. Varios profesores miraron alarmados el fuego, pero con un retazo de alegría.

- Y ahora di Deniz apuntando a las brasas – dijo el Maestro impasible.

- Deniz – los músculos se relajaron y note un frescor como el del lago de Dalia. Un rápido chorro de agua fría apagó las brasas.

- Muy bien – sonrió el Maestro. – Di Bing qing.

- Bing qing – se me pusieron las manos congeladas y un chorro de agua voló y congeló la pared, dejando una mancha de hielo. No pude evitar estremecerme.

- Perfecto -. El Maestro sonrío satisfecho y se fue con un gesto.


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