Capitulo 7

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- Pero ¡¿qué te ha pasado?! - gritaron Macarena y Luna aterrorizadas cuando me miraron las manos, cual Uxia acababa de desvendar a ojos de todos los que estaban allí. Estaban con muchos cortes, la mayoría poco profundos, pero el resto dejaba ver el hueso. Todos apartaron la mirada, excepto Catrail, que me sujetó para que no me moviese, con una cara de esfuerzo sospechosa.

- Te va a doler... –Murmuró Uxia medio ensimismada con una botellita con un líquido de un color parecido al de las nubes.

Lentamente me echó gotas de ese líquido abrasante en las heridas. Me mordí los labios para no gritar como un bebé, pero no fue fácil. Pero gracias al mejunje ese la piel cerró las heridas a una velocidad impresionante y no dejó marcas o cicatrices. Lo único que demostraba lo pasado era la sangre seca.

- Hala... Cómo mola...- dijo Macarena, fascinada mientras yo movía la mano con los ojos como platos.

- Ahora lávate la sangre y ya como si nada. – Dijo Uxia.

Me iba a soltar y seguir su consejo, cuando Kilian volvía junto a Mirt, pero sin el bicho. Discutían por lo bajo, pero se notaba que Kilian se sentía estaba molesto.

- Susana, ven un momento... -dijo Mirt mientras que Catrail me soltaba y se despedía con un murmullo- y vosotras dos también – dijo señalando a Luna y a Macarena.

- ¿Hemos hecho algo malo? - pregunta Macarena, insegura.

No contestó y nos guio a una de las habitaciones de la cueva, una especie de taller, donde una anciana y un señor regordete cosían y creaban montones de ropa. Me fijé que en una esquina estaba el lobo ese raro, un jabalí y un mapache muertos y vacíos, solo piel y pelo.

La ancianita, al vernos, se levantó. Su cabello blanco estaba recogido en una trenza muy larga que sobresalía de su capucha de liebre gris, y sus ojos, del tono verde más hermoso que había visto nunca. Lucía de una figura de modelo. Me pareció hermosa, a pesar de las pocas arrugas que tenía. En cambio, no podía decir lo mismo del señor, gordo, pelirrojo y con barba, ojos avellana y su capucha era de ciervo. -Parece un Papá Noel pelirrojo- pensé sonriente.

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