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Felix sabía que su hermana iba a morir, lo tenía claro desde hace meses pero eso no hacía las cosas más fáciles.
Soltó un suspiro mientras salía del cuarto luego de que Chaewon se quedará dormida, frotando sus ojos debido al cansancio. Llevaba más de un día sin dormir debido a la preocupación que sentía en ese momento, y sacó su móvil con poco batería, viendo los mensajes de Chan y Jeongin.
Ninguno de Seungmin.
¿Y qué esperaba? Si Seungmin apenas sabía algo de su vida privada.
Se sentó en una silla, bostezando, sintiendo su estómago gruñir por el hambre, y cerró sus ojos un momento.
—Terminarás con un dolor de espalda horrible, Felix.
Levantó la vista bruscamente, encontrándose con la aburrida mirada de Seungmin que le tendía un sándwich y un jugo.
Sus labios temblaron.
—¿Quién te lo dijo? —preguntó en voz baja.
Seungmin se encogió de hombros.
—Tengo mis contactos —se limitó a decir sin agregar algo más, sentándose al lado de Felix—. Anda, come, tienes una cara horrible.
Tan encantador como siempre.
Pero aún así Felix tomó el sándwich en sus manos, comenzando a comer sin pensarlo un poco. Iba a darle las gracias a Seungmin, sin embargo, el menor de pronto lo tomó de los hombros y lo recostó a su lado.
Lo miró con sorpresa, aunque Seungmin miraba fijamente hacia delante.
—Tu hermana está enferma —le dijo Seungmin tranquilo.
El primer pensamiento de Felix fue mentir, pero sabía que no llegaría a ningún lugar
—Cáncer pulmonar —respondió mordiendo su labio inferior.
El agarre de Seungmin su apretó.
—¿Por qué no me lo dijiste, Felix? —le preguntó con tono herido, mirándolo a los s ojos.
Felix se estremeció, notando el dolor en sus ojos, sin poder entender porque reaccionaba de esa forma. Porque lucía preocupado.
—Yo... —balbuceó Felix—, tú... Y yo no somos... nada, Seungmin...
El sentimiento cambió en los ojos del menor: ya no había dolor, sino molestia difícil de disimular.
—Soy tu novio —espetó sin soltarlo—. Te lo he dicho mil veces, Felix. Soy tu maldito novio y merezco saber esto.
Felix tembló.
—Ah... —Felix ocultó su rostro contra el pecho de Seungmin—, lo siento, cachorrito, pero esto es...es realmente un tema delicado, yo no... —Felix de pronto rompió a llorar—. Si lo hablo, se hace más... Más real...
Seungmin soltó un suspiro, acercándolo, su mente todavía pensando en el descubrimiento que hizo horas atrás, en el hecho de que realmente no sabía quién era Felix, de donde había salido, por qué estaba fingiendo ser su novio. Quería preguntarle, sacarle toda la información que pudiera, pero no le haría porque Felix estaba atravesando por un momento difícil y no quería agregarle más peso a sus hombros.
No quería que Felix se derrumbara, porque eso lo destrozaría a él.
—Te llevaré a casa, bebé —murmuró Seungmin acariciándole el cabello. Felix pareció protestar, pero lo miró con seriedad—. No has dormido y tienes que descansar un poco. Si tengo que llevarte a la fuerza, lo haré.
Derrotado, Felix asintió y se puso de pie, tomándole la mano, agarrándolo del brazo.
Seungmin lo miró.
—Quédate conmigo —jadeó Felix antes de arrepentirse—. Esta noche quédate a mi lado.
Seungmin asintió en silencio.
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