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Luego de la conversación que Woojin, Jeongin y Chan mantuvieron, los tres se dirigieron hacia la casa de Felix, tocando la puerta a patadas para que el chico no tuviera la excusa de que no oyó nada. 

Luego de diez minutos pateando la puerta, esta se abrió, y un desaliñado Felix los miró con furia.

—¿Se puede saber qué quieren? —pregunto de forma tosca.

—Nosotros... —Jeongin frunció el ceño, viéndolo—. ¡Apestas a alcohol!

Antes de que alguien pudiera decir algo, Chan empujó a Felix hacia el interior en tanto Jeongin pasaba de largo hacia la cocina, viendo todo lleno de botellas de cerveza vacía, tiradas en el suelo sin cuidado. La sola visión lo entristeció a más no poder, pero apretó sus labios tomando una botella, llenándola con agua, para poder volver al comedor en donde Woojin y Chan sostenían a Felix.

—¡Ustedes...!  —Felix chilló cuando el menor le lanzó agua en todo el rostro—. ¡Ba-basta! ¡Je-Jeongin! ¡Está... está he-helada!

—¡Lo sé! —Jeongin le lanzó más agua a la cara—. ¡Eso es por ser cruel conmigo el otro día!

Cuando la botella quedó vacía, Woojin y Chan lo soltaron. Felix cayó al suelo, aturdido, para luego negar con la cabeza.

—Ahora te vas a cambiar —dijo Jeongin duramente, sin darle tiempo para replicar—, y vas a salir a comer algo con nosotros si no quieres que te meta esto —levantó la botella— por tu culo ya no virgen, Felix.

El aludido mira al chico atónico para luego asentir con una mueca de espanto, dirigiéndose a su pieza lo más rápido que pudo. Una vez quedaron solos, Woojin miro a Jeongin.

—¿Cómo hiciste eso?

Jeongin tembló.

—No sé.

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De manera tosca, Felix los siguió hasta un local de comida rápida. Su rostro pálido no demostraba más que rabia y disgusto, sin embargo, sus amigos lo ignoraban deliberadamente, sin prestar atención a los pensamientos de odio que parecía lanzar con la mente.

Una vez dentro de un McDonnald's, se unieron a la fila para pedir algo.

Felix se estaba convenciendo de que esta salida no estaba tan mal.

—El imbécil de Juan Luis se puso a coquetearme y quedé sin helado, así que cómprenme uno.

O al menos eso pensaba hasta que escuchó una voz detrás de él.

Su corazón bombeó como loco, pero no se volteó, sorprendido.

Llegó su turno en la fila.

—¿Qué va a pedir?

Pero su voz estaba seca.

Luego de unos minutos alguien respondió:

—Oh, ¿Vas a pedir algo o las mentiras te comieron la lengua?

Se crispó ante el tono desagradable y cínico que Seungmin utilizó.

Se giró, chocando con la fría mirada del menor.

—Vete a la mierda —le dijo caminando fuera de la fila—.

—¡Felix! —regañó Jeongin.

—No te preocupes, Jeonginnie —Seungmin sonó desinteresado mientras le despeinaba el cabello a Jeongin—, uno se acostumbra a que Felix te mandé a la mierda cuando estás preocupado por él.

La rabia y los celos bulleron en su interior, pero no dijo nada mientras caminaba hacia la salida.

—Porque Felix no es más que un niño cobarde y mimado que huye de los problemas apenas puede.

Felix no lo soportó más: dando media vuelta, se lanzó a darle un golpe a Seungmin.




 

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𝙉𝙤𝙫𝙞𝙤 𝙙𝙚 𝙖𝙡𝙦𝙪𝙞𝙡𝙚𝙧 - 𝙎𝙚𝙪𝙣𝙜𝙡𝙞𝙭Donde viven las historias. Descúbrelo ahora