38

1.7K 272 80
                                    


////////////////////////////////

—Si yo fuera plomero, ricura, te destaparía el agujero.

Seungmin escupió la bebida que estaba tomando sobre Jeongin, que soltó un chillido de horror y asco. Entornando los ojos para fulminar con la mirada a quien fuera que le dijo esas palabras.

Se encontró con el rostro sonriente de Maluma, y a su lado estaba—

—¡José Álvaro!  —saludó Jeongin como si nada, haciéndose a un lado en la mesa para dejarle espacio a los recién llegados—. Mira, éste es el mejor amigo del que te hablaba, se llama Seungmin. Es un poco gruñón pero buena persona.

Seungmin fulminó con la mirada a Jeongin, que le observaba con una sonrisa inocente aunque podía leer la maldad en sus ojos. Ese niño era el hijo perdido de satanás, y ya lo tenía claro desde hace mucho tiempo.

Jeongin abrazó el brazo de Maluma pestañeando con seducción en tanto el recién llegado contemplaba a Seungmin con admiración.

—Quisiera ser pirata, para encontrar el tesoro que tienes entre pata y pata —dijo Balvin sin dejar de sonreír.

Por el amor a todo lo sagrado...

—Voy a matarte, Jeongin —le gruñó al menor.

Jeongin, que en ese momento estaba comiendo una patata frita que Maluma le dio, lo miró con desconcierto.

—Yo sólo quiero animarte —Jeongin frunció los labios—. Desde que hablaste con el director para aceptar la beca que estás más que gruñón y triste que nunca.

Seungmin desvió la vista, pensando en la última conversación que mantuvo con el jefe de su carrera sobre los papales que iba a necesitar para comenzar el traslado. Era una oportunidad única en la vida, como había dicho su profesor, e incluso su mamá comenzó a llorar cuando le contó sobre ello.

Pero a pesar de todo eso, no podía evitar pensar en el rostro sonriente de Felix.

No había hablado con él desde que huyó de su casa, dos semanas atrás.

—No estoy triste —mintió comenzando a comer de sus papitas—. Y definitivamente no necesitaba que me consiguieras una cita —miró a Balvin, que en ese momento parecía demasiado concentrado en descifrar el coreano de los anuncios de comida—. ¿Acaso tú no arreglaste tu relación con Chan?

Jeongin se encogió de hombros, sonriendo otra vez con maldad.

—Ya puse mis condiciones —humedeció su labio, riéndose—, Chan me pidió un poco de tiempo para prepararse. Además...no he hablado mucho con él esta semana, creo que está un poco ocupado —se encogió de hombros—. Pero si lo pillo con ese chico...

—Jeongin celos loco no lo dejará caminar por un mes —bufó Seungmin.

—Haré que me diga daddy por el resto de su miserable vida —respondió soñadoramente Jeongin.

Seungmin soltó una risa baja, negando con la cabeza y sin poder creer que ese chico que lucía tan tierno y dulce fuera un diablo por dentro.

Jeongin iba a decir a decir algo más, pero luego se quedó callado.

—¿Qué pasa? —preguntó Seungmin.

—Mira, te voy a decir algo pero no te gires— ¡SEUNGMIN, NO TE GIRES POR LA PUTA!

¿Qué se supone que iba a hacer si le decían que no se girara? ¿No girarse? Sí, claro, como si esas cosas funcionaran un poco.

Se encontró con los ojos de Felix, posados sobre él.

Detrás Chan llevaba una bandeja de comida.

Si la situación no podía ser más incómoda, el amigo de Maluma pasó un brazo por los hombros de Seungmin, atrayéndolo contra él.

Los ojos de Felix se estrecharon y comenzó a caminar hacia él.

Seungmin lo miró de forma grosera, recostándose contra Balvin, pensando con rabia que Felix no podía reclamarle algo porque ellos habían terminado, ya no estaban juntos, y las cosas habían terminado mal así que no había otra oportunidad entre ambos.

—Quiero hablar contigo, Seungmin —dijo Felix frente a ellos.

Seungmin no lo miró, fingiendo estar leyendo un anuncio de la pared con interés.

Jeongin se removió en su asiento, incómodo.

—Oh, vaya, yo creí que habías cortado toda relación con Maluma, Jeonginnie —dijo Chan con una sonrisa psicópata al lado de Felix.

—No has respondido mi condición —replicó Jeongin sin amedrentarse.

Hubo un pequeño silencio.

—Esta noche iré a tu casa  —dijo Chan.

—Lleva mucho lubricante, mi amor, porque no voy a follarte el culo sólo con mi polla —contestó Jeongin sonriendo de lado.

Chan se giró, murmurando groserías en voz baja, y se alejó para sentarse en una mesa un poco lejana.

—Seungmin —insistió Felix.

—¿Sigues aquí? —gruñó Seungmin sin míralo todavía.

—Por favor.

—No hay nada qué hablar.

Otro silencio entre ellos.

—Cachorrito... por favor... 

Su tono de voz destrozado fue suficiente para hacerlo bufar de forma casi imperceptible, poniéndose de pie.

—Vamos a algún lugar más privado —fue todo lo que dijo Seungmin.

Felix lo siguió sin dudar un poco.


///////////////////////////////

¡Gracias por leer!


 


   




𝙉𝙤𝙫𝙞𝙤 𝙙𝙚 𝙖𝙡𝙦𝙪𝙞𝙡𝙚𝙧 - 𝙎𝙚𝙪𝙣𝙜𝙡𝙞𝙭Donde viven las historias. Descúbrelo ahora