Lo que pasó con Chan, Jeongin y Woojin.

1.8K 266 85
                                    



///////////////////////////////////////

Chan no podía estar más incómodo en esa posición: por un lado, Woojin estaba a su derecha, mirando distraídamente como una mariposa volaba a su alrededor, y por otro, Jeongin estaba a su izquierda, fulminándolo con la mirada mientras se cruzaba de brazos.

Sentía que iba a morir en cualquier momento.  

—¿Entonces? —preguntó Jeongin con voz dulce, aunque sus ojos estuvieran con odio mal contenido.

—Jeonginnie... —comenxo a decir Chan débilmente.

—¡Nada de Jeonginnie!  —Jeongin le pisó el pie, a lo que Chan gritó por el dolor—. ¡Tú querías hablar para excusarte, así que habla ahora, maldita sea!

Todo el mundo siempre había considerado que Jeongin era un pancito dulce de dios, incapaz de hacerle daño a alguien, sonriendo siempre y tirando amor a todo el mundo.

¿La verdad? Jeongin no era más que el diablo encarnado en una persona.

Chan lo sabía muy bien, sin embargo, lo amaba de todas formas.

—No puedo excusarme por completo —dijo Chan con nervios—. Hay... hay cosas que no puedo decirte.

Jeongin lo miró de forma incrédula.

—¿Disculpa?

—Esto... Woojin y yo...

—¡Eres un desgraciado, Bang Chan!

—¡Jeongin, escúchame!

—¡¿Como quieres que te escuche si me engañaste, te acostaste con el primero que se te cruzó?!

—¡Eso no es cierto! —Jeongin enmudeció ante las palabras de Chan—. ¡Jeongin, Woojin y yo nunca nos acostamos! ¡Al menos, no en el sentido que estás pensando!

Jeongin negó con la cabeza, incrédulo, recordando el día que quiso darle una sorpresa a Chan y entró a su cuarto. Encontrándose con una escena que le había roto el corazón por completo: Woojin acostado sobre él, besándolo, y Chan agarrándolo por la cintura. En la misma cama.

—No te creo  —escupió Jeongin.

Chan se giró, exasperado.

—Woojin, explícale por favor —pidió Chan.

El aludido, que hasta el momento había observado la escena en completo silencio, miró a Jeongin a los ojos. No dijo nada por varios segundos, imperturbable, y cuando Jeongin comenzó a exasperarse, abrió la boca:

—Chan tiene razón. Él y yo no nos acostamos  —apoyó con calma—. Pero eso no quiere decir que no me gusta. Me gusta Bang Chan.

Jeongin enrojeció de rabia mientras Chan desviaba la vista.

—¿Entonces por qué Woojin estaba en tu cama, besándote? —la voz de Jeongin salió temblorosa ahora.

—Se quedo a dormir esa noche en mi casa por unos... unos problemas —Chan se removió, incómodo—. Y lo del beso... Woojin me agarró desprevenido. Yo... yo le había aclarado antes que tu eras mi novio y te quería a ti. Te quiero a ti.

—Sí —la voz de Woojin sonó derrotada—. Chan siempre me lo dijo, pero yo no quería rendirme.

El corazón de Jeongin comenzó a palpitar con fuerza, sin embargo, se limitó a fruncir el ceño, mirando a Chan con acusación.

—¿Por qué no me lo dijiste antes? 

—¡porque tu no me dejabas explicarme! —se quejó Chan para luego bajar la voz—. Además... además, cuando terminaste conmigo, yo... yo estaba confundido. Me di cuenta de que... de que si quería a Woojin... —ahora el corazón de Jeongin pareció quebrarse—, entonces... entonces me dije, ¿por qué no darle una pequeña oportunidad? pero... pero no podía, Jeongin. Tú seguías en mi cabeza. Ahí me di cuenta de que... de que a Woojin lo quiero, pero a ti te amo.

El rostro de Jeongin no cambió, a pesar de que todo su interior parecía volverse gelatina y sus piernas temblaron.

—¿Por qué Woojin estaba en tu casa?  —siguió preguntando.  

—No puedo decirte.

—Chan —la voz de Jeongin sonó a advertencia.

—De verdad no puedo, no me—

—Mis papás se están divorciando —le interrumpió Woojin a Chan—. Ha sido... ha sido un proceso difícil, y Chan a sido un buen amigo. Me ha estado apoyando a pesar de que sabía que eso le traería problemas contigo. 

Bueno, ahora Jeongin se sentía un poquito miserable, pero no lo demostró.

—Lo siento —le dijo Jeongin a Woojin.

El castaño se encogió de hombros, desviando la vista. 

Chan le tomó el brazo, con una pequeña sonrisa.

—Bueno, y me di cuenta de mis sentimientos por ti cuando... cuando te vi en los brazos de ese tal Maluma —escupió su nombre con asco, como si fuera un niño pequeño haciendo berrinche.

Jeongin sonrió con superioridad, todavía un poco molesto. La verdad era que entre Maluma y él no había pasado nada fuera del otro mundo. Tuvieron algunas citas, un par de besos, y eso sería, Jeongin no fue más allá a pesar de los brazos de tentáculos del latinoamericano.

—Pero ahora que todo está bien...

—No te he perdonado, Bang Chan —respondió Jeongin sin perder esa sonrisita de suficiencia.

Chan parpadeó.

—Pero...

—Aunque hay una forma para que te perdone —agregó Jeongin.

—Haré lo que sea —aseguró Chan arrepintiéndose apenas vio como la sonrisita de Jeongin cambiaba a una de maldad y burla.

—Está bien —Jeongin miró sus uñas para luego fijar sus ojos en Chan—. Vas a ir a mi casa esta noche, vas a ponerte en cuatro sobre mi cama, y vas a dejar que folle tu culo toda la noche. No más Chan activo.

¿Ven? Jeongin era el diablo encarnado en una persona.



///////////////////////////////

¡Gracias por leer!    








 

 




  




𝙉𝙤𝙫𝙞𝙤 𝙙𝙚 𝙖𝙡𝙦𝙪𝙞𝙡𝙚𝙧 - 𝙎𝙚𝙪𝙣𝙜𝙡𝙞𝙭Donde viven las historias. Descúbrelo ahora