"Fraternizando con el Enemigo"(♥Draco Malfoy /Theodore Nott♥)

Capítulo 24: "Hocicos"

Antes que nada, ¡hay nueva portada! 

Y esto se debe, a que he llegado a la conclusión de que no puedo tomar más a Theo como un personaje secundario, ya que admito que le he tomado bastante cariño. Y es el mejor candidato para Leia, por el momento... 👀 Por lo que se merece estar en la portada. 

Eso es todo, ¡fin del comunicado! 

Y ahora sí, el capítulo 😊

P.O.V Narrador

—¡El torneo de los Tres Magos no se va a cancelar! ¡No quedaré como un cobarde! —exclamó el ministro. El torneo continuaría a pesar de la muerte del señor Crouch.

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Leia caminaba por los pasillos, con la imagen en su cabeza del señor Crouch. Los ojos del señor Crouch sin vida...

—Señorita Weasley... —la voz de Snape la sacó de sus pensamientos. Él se encontraba dentro de su armario de pociones, ella se detuvo y se acercó a él —. Fue inspirador lo que hizo en la prueba —su voz sonaba fría, Leia le sostuvo la mirada. Snape entró en al armario, regresando con un pequeño frasco—. ¿Sabe lo que es esto?

—Veritaserum —respondió Leia.

—Exacto, un poco de esto podría caer en el jugo de calabaza que usted y sus amigos beben si continúan robando algo de aquí.

—No hemos robado nada —contestó la muchacha.

—No trate de engañarme. Usted y sus amigos están preparando una poción multijugos y créame, ¡averiguare para que! —Snape le cerró la puerta en la cara a la leona.

Leia suspiró y se marchó a su Sala Común.

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Marzo había empezado, y el tiempo se hizo más seco, había retrasos en el correo, porque el viento desviaba a las lechuzas del camino. El viernes por la mañana, a la hora del desayuno, Harry y Leia recibieron una carta de Sirius:

Vayan al paso de la cerca que hay al final del camino que sale de Hogsmeade (más allá de Dervish y Banges), el sábado a las dos en punto de la tarde. Lleven toda la comida que puedan.

—¡No habrá vuelto a Hogsmeade! —exclamó Ron, sorprendido.

—Eso parece —observó Hermione.

—No puedo creerlo —dijo Harry muy preocupado —. Si lo atrapan...

—Hasta ahora no lo han conseguido —le recordó Leia —. Y el lugar ya no está lleno de dementores.

A las doce del día siguiente salieron del castillo bajo un débil sol plateado que brillaba sobre los campos. Cargaban en dos mochilas una buena cantidad de comida para Sirius. Caminaron hacia el pie de la montaña que dominaba Hogsmeade, doblaron una curva y vieron al final del camino unas tablas puestas para ayudar a pasar una cerca.

Con las patas delanteras apoyadas en la tabla más alta, un perro negro, muy grande y lanudo, los aguardaba.

—Hola Sirius —lo saludó Leia, cuando llegaron hasta él.

El perro ladró y movió la cola, luego se volvió y comenzó a trotar por el campo cubierto de maleza que subía hacia el rocoso pie de la montaña. Harry, Leia, Hermione y Ron traspasaron la cerca y lo siguieron.