Capítulo 23: "La Segunda Prueba"

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P.O.V Narrador

Eran las dos de la madrugada, cuando Leia salió a hurtadillas de su cuarto, cargando el huevo de oro. Le había costado hacer dormir a Hermione, y con todo lo que había pasado, necesitaba relajarse. Fred y George le habían contado de que si se hacía prefecta podría usar el baño de prefecto que se hallaba en el quinto piso, obvio que los gemelos ya lo habían usado, y claro que sabían la contraseña y con gran gusto se la dijeron. Faltaba poco para la segunda prueba, bueno, aún quedaban dos meses, pero tenía que volver a abrir el huevo, en un lugar donde nadie iría a las dos de la mañana.

Los corredores estaban iluminados por la luz de la luna, vacíos, en silencio. Cuando Leia llegó sin ser vista por nadie, se acercó a la puerta que suponía era la entrada y susurró la contraseña:

—Frescura de Pino.

La puerta chirrió al abrirse. Leia se deslizó por ella, echó el cerrojo después de entrar y miró a su alrededor. El baño estaba suavemente iluminado por una espléndida araña llena de velas, y todo era de mármol blanco, incluyendo una piscina vacía de forma rectangular, en el centro de la habitación. Por los bordes de la piscina, había unos cien grifos de oro, cada uno tenía en la llave una joya de diferente color. De las ventanas colgaban largas cortinas de lino blanco, en un rincón un montón de toallas blancas mullidas, y en la pared un cuadro con marco dorado que representaba una sirena rubia, dormida sobre una roca. Leia avanzó mirando a su alrededor. Sus pasos hacían eco en los muros. Puso al lado de la piscina el huevo y una de las mullidas toallas, se arrodilló y abrió algunos grifos. Todos eran de diferente tipo de espuma de baño, abrió cada uno, disfrutando de sus olores. Cuando la profunda piscina estaba llena de agua, espuma y burbujas, Leia cerró todos los grifos, se quitó la bata, las zapatillas, el pijama, quedando en ropa interior, y se metió al agua. Nadó hasta la otra punta, disfrutando de la sensación del agua. Amaba el agua.

Alargó los brazos, levantando el huevo con las manos húmedas y lo abrió. En vez de oír lo gemidos y gritos estridentes que los demás oían cuando se abría el huevo, ella oyó un coro de voces misteriosas y melodiosas, que cantaban desde el huevo abierto en sus manos:

"Donde nuestras voces suenan, ven a buscarnos, que sobre la tierra no se oyen nuestros cantos. Y estas palabras medita mientras tanto, pues son importantes, ¡no sabes cuánto!: Nos hemos llevado lo que más valoras y para encontrarlo tienes una hora. Pasado este tiempo ¡negras perspectivas!, demasiado tarde, ya no habrá salida".

Leia se quedó inmóvil, pensando como los demás no oían lo mismo que ella. Cerró el huevo y recostó la cabeza en la superficie de la piscina, cerró los ojos por unos minutos. Cuando los abrió, lo primero que vio fue la espalda de un chico... y sus calzones... ¿calzones de Snitchs?, ¿por qué todos usaban esos calzoncillos?

—¡¿Qué haces?! —Leia gritó, haciendo que el muchacho volteara sorprendido. Cedric.

—¿Leia? ¿Qué haces aquí? Es el baño de...

—Prefectos. Sí, lo sé. Pero aquí estoy —observó que Cedric también cargaba con el huevo—. ¿Vas a descifrarlo? —le preguntó señalándole con la cabeza.

—Sí, yo... lo llevo a casi todos lados —sonrió avergonzado.

Leia se sentó en la superficie y Cedric se la quedó mirando, las mejillas se le encendieron.

—¿Qué? —ella miró para abajo y se dio cuenta de que seguía en ropa interior, la poca ropa que llevaba puesta se le pegaba al cuerpo como una segunda piel, sin dejar mucho a la imaginación. De inmediato volvió a entrar al agua, avergonzada—. Bueno, esto es raro —suspiró, cuando vio que Cedric entraba en la piscina.

"Fraternizando con el Enemigo"(♥Draco Malfoy /Theodore Nott♥)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora