Capítulo 10

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"A centímetros de un beso"

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Mi cuerpo se movió solo y ni siquiera fui capaz de sentir los golpes que la gente asustada me daba al intentar huir del punto del alboroto. Yo estaba corriendo contra corriente.

Entré en un estado onírico donde mis ojos solo podían ver la oscuridad de la noche y mis oídos solo captaban gritos que ahora mismo no tenían ningún sentido para mi.

Llegar rápido a Hyukjae, era en lo único que podía pensar, llegar a él lo antes posible.

Finalmente estuve a unos metros del núcleo del problema. Hyukjae estaba de rodillas en el suelo, tenía el labio partido y un hilo de sangre deslizándose desde este. De igual manera, trataba de defenderse con un solo brazo de los guardias que estaban atacándolo y rodeándolo en un círculo.

Unos cuantos manifestantes trataban de ayudarlo, pero en cuanto se acercaban eran golpeados por aquellos hombres.

Apreté la mandíbula al ver como le daban un nuevo golpe en la cara. Me inflé el pecho con valentía que no sé de dónde salió. Me acerqué allá totalmente fuera de mí mismo, pues no pensaba con claridad. Solamente quería ayudarlo, debía ayudarlo.

Uno de los guardias balanceo su tonfa, dispuesto a golpearlo de nuevo. Si le pegaba en la cabeza podía hasta matarlo. No iba a permitir nada de eso.

Cerré mi mano en un puño, me balanceé contra el guardia y dejé caer todo el peso de mi más furiosa fuerza contra su cara. Jadeé cuando el hombre cayó al suelo. Sí, acababa de golpear a un guardia de seguridad.

Hyukjae me miró con los ojos muy abiertos y sacudió la cabeza después. Seguramente pensaba que yo era un producto de su imaginación, un espejismo, una alucinación.

—¿Donghae? —preguntó muy sorprendido, pero su voz apenas llegó a mis oídos. Recibí un fuerte puñetazo en la mandíbula que no sé de donde llegó —¡Donghae!

Caí al suelo al mismo tiempo que Hyukjae se levantaba. Repartió golpes sin importarle su brazo herido, llegó a mí y me ayudó a ponerme de pie. Debido a la confusión, algunos manifestantes pudieron ayudarnos a salir del círculo violento que los guardias habían creado.

Gracias a los montones de gente empujándose, pudimos alejarnos de ahí, pero no en direcciones voluntarias. Parecíamos estar en un mar de personas, un mar con corrientes coléricas. Hyukjae me tomó del brazo fuertemente para no separarnos. Justo en ese momento las sirenas de la policía comenzaron a escucharse a lo lejos.

Con toda la fuerza que todavía me quedaba, abracé a Hyukjae por los hombros y lo guíe en dirección a la carretera, donde aún se encontraba mi auto. Él estaba más herido que yo, mucho más, así que sentí una necesidad latente de protegerlo.

Cuando llegamos hasta el porsche pude ver que el tráfico ya se había despejado totalmente. Solamente quedaban unas cuantas personas subiéndose a sus autos lo más rápido posible, nosotros incluidos.

—Espera —me dijo Hyukjae cuando abrí la puerta del copiloto para que se metiera —... Yesung.

—¿Yesung?

—¿No lo viste? Él venía conmigo, pero lo perdí de vista cuando me tiraron del auto.

Parpadeé varias veces... ¿Él venía con Yesung a hacer este alboroto?

—¿Qué importa? Estás herido y ya viene la policía. Sube al auto.

A la policía le importaría muy poco quienes eran los verdaderos agresores, se llevarían al calabozo a todos por igual. Está de más decir que yo no podía caer tras las rejas y menos por una cosa como esta. Mi trabajo y mi imagen me obligaban a cuidar mi reputación.

Aquello que pudimos ser (Eunhae fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora