20 de mayo del 2013—Hola Nat—dice alguien a mi lado, me levanto de un salto.
—Aléjate de mi—le gritó.
—Tranquila todo estara bien, no te haré daño te cuidaré—dice, su voz me da escalofríos.
—No déjame por favor, quiero salir de aquí por favor—en ese momentos los recuerdos de mi enfermedad llegan de golpe, ya estaba mejorando pero si esto empeora podría morir.
—Pero mi Natalie Anderson tranquila yo te cuidaré—su mano hace una caricia extraña en mi cabeza.
—Ni siquiera se quien eres, quítate esa máscara cobarde—le gritó.
—¿Tan rápido te olvidaste de mi?—dice comenzando a quitarse la máscara, mi sangre se hiela, recuerdo que esa chica me lo advirtió, lo recuerdo.
—¿Tú? Eres un maldito enfermo—me lanzó a el dando le puñetazos—eres un maldito psicópata de mierda—continuó dando puñetazos hasta que el me empuja apartandome.
—¿Te sorprendes?—se limpia la sangre del labio—¿Qué quieres que haga?—me grita acercandose a mi, de forma violenta—te dije que te iba a cuidar y reaccionas así te he quitado las cadenas, este lugar no esta nada mal, porque no sólo te quedas tranquila y disfrutas.
—Jacob eres un imbécil, eres un maldito psicopata estas enfermo, necesitas ayuda—digo colocando mis manos en su cara.
—No no no yo sólo te necesito a ti por el resto de mi vida, seras mia para siempre amor—me apartó de el.
—Jacob por favor—lloró—no me hagas esto a mi por favor ¿Por que yo?.
—Porque desde el primer momento en que te vi me llamaste la atencion, por ti fue que entre a trabajar en esa mierda te estaba observando y tenía que tenerte, me di cuenta como huiste de mi ¿porque no me quieres?,¿que tengo de malo?,¿porque quieres a lucas y a mi no?—dios está enfermo.
—Jacob estas mal, puedes darte cuenta no puedes ser así puedo conseguirte ayuda con profesionales, pero debes dejarme ir.
—¡No!—grita—Tu te quedas aquí nunca te iras eres mía y seras mia por el resto de tu vida—mi cabeza comienza a dar vueltas.
—Escúchame de una vez eres un jodido enfermo, yo no soy tuya y nunca jamas lo seré, prefiero morir a estar con un psicopata como tu—veo como las venas de su frente se comienzan a marcar.
—Cállate—me abofetea tan fuerte que siento el impacto contra el suelo—no no lo siento perdóname yo nunca te haria daño fue una estupidez no volvera a suceder te lo aseguró—dice intentando mirarme, pero yo muevo mi rostro no quiero verle a la cara—por favor Nat no sabes lo enamorado que estoy.
—No estas enamorado, esto se llama obsesión, vas a terminar en la cárcel te vas a pudrir en la carcel—me mira y se va, busco el móvil y le marco a Chloe.
—Nat ¿donde estas?—dice Chloe al instante.
—Escúchame no tengo mucho tiempo, es Jacob el me secuestro y me tiene aquí, esta enfermo—no le doy cuenta y lágrimas empiezan a correr por mis mejillas.
—Maldito desgraciado ¿Donde estas?- esa misma pregunta me hago.
-no lo sé me drogaron y desperté aquí—comienzo a sentir voces, alguien se acerca—Chloe alguien viene tengo que cortarte.
Sin que diga nada le cortó, pongo el móvil en silencio y lo vuelvo a esconder, me siento en la cama, esperando a que los tipos entren.
—Te hemos traído ropa—dice un hombre.
—¿Quien eres tu?.
—Eso no importa, Jacob te esta esperando dijo que debes usar esto—me entrega un vestido rojo, tacones y un pintalabios—ah y dijo que usaras el pintalabios—me entrega las cosas y se va.
Decido ponerme la ropa, necesito hacer lo posible para salir luego de aquí, aunque tenga que seguir su juego. Termino de vestirme y me llevan a un salón, hay algunos adornos pero lo más llama la atención es la gran mesa en el centro.
—Aquí estoy.
—Estas hermosa—dice mientras me recorre de pies a cabeza con la mirada—ven siéntate, pronto traerán la cena.
—Gracias—digo sentandome incomoda, a los veinte minutos ya tenemos los platos en la mesa, yo sólo muevo la comida de un lado a otro, pensando en cómo salir de aquí.
—¿No lo probaras?.
—No tengo hambre.
—Me has dicho que tenias una enfermedad, no le he puesto nada esta limpio te lo aseguró, come porfavor no quiero que nada malo te pase—por mas que no quiera tiene razón mi enfermedad es importante.
—Esta bien—digo probando un bocado.
—¿Como está?.
—Está bueno.
—¿Quieres vino?.
—No gracias no puedo beber—no me gusta sentir su mirada en mi, dicen que los ojos son las ventanas del alma y no me gusta lo que su alma dice ahora.
—Oh cierto, lo siento si tu no bebés yo tampoco—dijo dejando la botella a un lado, estira su brazo en dirección a mi cara por lo que me hago hacia atrás al instante—tranquila sólo tienes una mancha en tu cara.
—Está bien yo la limpio—digo limpiandome en toda la cara, Jacob sólo me mira sonriendo—vale creo aue tengo sueño.
—Está bien, hare que te lleven la cena a tu habitación.
—Gracias—digo levantándome y los hombres que me fueron a dejar la ropa volvieron y me llevaron a la habitación.
De camino no pude ver nada hacia el exterior, solo hay puertas.—En el armario hay un pijama te lo ha comprado Jacob.
—Bien—los miro indicandoles que se pueden ir pero ellos no ceden—disculpen, creo que ya estoy bien aquí.
—¿Que hacen?, fuera ahora ya—les ordena por lo que los hombres se van enseguida—tranquila Nat cambiate, decidí traerte yo mismo la cena, te la dejare ahí—indica la mesa de cama.
—Okey—respondo dudosa, no quiero que él esté aquí.
—Nat no estes incomoda, esto esta bien ¿Que necesitas para estar bien?.
—Un ordenador.
—Venga sabes que eso no—no es tan idiota, todavia la obsesión no le come el cerebro.
—Entonces que te vayas, así estare bien—el bufea—que te vayas Jacob ¿Quieres que este bien no? Pues entonces vete—le grito y el me hace caso.
Busco el pijama, cuando lo veo no lo puedo creer, es el pijama que queria comprarme hace unos dias, lo sacó y me lo pongo ignorando todo, necesito un pijama para poder dormir y olvidar toda esta mierda que me está volviendo a suceder. Veo por última vez mi teléfono y la batería ya casi está muerta.
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La fuerza del amor
RomanceEl Amor está donde menos lo esperamos. Las personas pasan la vida buscándolo pero este llega cuando menos lo imaginas. Algunas personas lo llaman destino, jamás creí en aquello pero me di cuenta de que la vida a veces te sorprende y el amor te encue...