El secreto de Hermione Granger.

Capitulo 2: Revelaciones.

Después del encuentro con Severus, la castaña aun no se reponía, fue extraño verlo tan serio como siempre, pues parecía que el tiempo no había pasado para ella, el verlo entrar con toda la gloria del  mundo le recordó de inmediato sus dias como estudiante, el asombro de ella cada vez que lo veía entrar al aula de pociones, era de verdad genial, pero ahora con mas años, el seguía siendo el mismo hombre imponente de siempre, los miembros de la orden aun seguían estando tensos por la situación, asi que estaban en largo silencio, hasta que fue interrumpido por Kretcher, el elfo de la familia Black. El ya no era como antes ahora era respetuoso con todos, desde que la castaña le devolvió el guardapelo de Regulus el cambio mucho.

-     Señora la cena ya está servida,- dijo haciendo una reverencia.

-     Gracias kretcher ya puedes retirarte a dormir, yo sirvo la cena,- el elfo desapareció con un chasquido de dedos.

-     Si gustan pasar la cena la será servida en unos minutos, pero si me permiten regreso en unos momentos,- la castaña se puso de pie, haciendo que los hombres presenten hicieran lo mismo en forma de respeto, pero canuto la detuvo.

-     Vas por Isabella,- la castaña asintió,- déjame yo voy por ella,- la castaña asintió, antes de irse Sirius le dio un beso a su mujer, ella sonrió eso siempre la ponía nerviosa, y hacia que la angustia se le fuera, el merodeador comenzó a caminar, para después ser alcanzado por su amigo licántropo quien también iba por su hijo, los amigos iban caminado, de verdad que la mansión Black había cambiado mucho, ya no era como antes, ahora estaba iluminada, y en ciertos lugares había cosas que demostraban que un niño vivía en esa casa, el licántropo veía de reojo a su amigo, sabía que algo le preocupaba pero no quería preguntar nada, sabía que llegando el momento el mismo se lo diría. De regreso en la sala los invitados estaba sentados, cuando la castaña se puso de pie, anunciando que serviría la cena, Molly como buena madre ayudo a la castaña, de regreso en la sala el ambiente era tenso, porque estaban los Weasley con sus parejas, Ginny se había enamorado de un jugador de quidditch, llamado Leonard, era atlético y bastante guapo, Percy estaba con Audrey, una linda chica del ministerio, Bill con su esposa Fleur, Charlie seguía soltero, Fred con Angelina, George con Fernanda una linda chica igualmente bromista, Ronald con Lisa un auror que trabajaba con el y para sorpresa de muchos Harry estaba con Gabrielle la hermana de Fleur, a muchos les sorprendió su noviazgo pero al parecer, cuando el niño que vivio salvo a la niña, ella quedo rendida a su pies, esperando a tener la edad adecuada, para regresar a conquistarlo logrando su objetivo. Momentos después los presentes fueron llamados a la mesa, levantándose todos para ir a sentarse, había lugares desocupados que serian para las personas que faltaban, la bella anfitriona estaba de pie esperando a que regresara Sirius, pero sentía una penetrante mirada en ella, además su cabeza era un caos, como que no murió, porque desapareció millones de preguntas tenía en la cabeza, , tomo aire cuando una voz tan conocida y que siempre tenía la capacidad de hacer que sus piernas se volvieran gelatina hablo.

-     No se preocupe Señora Black, su esposo pronto regresa,- dijo con burla.

-     Pero ellos no son esposo,- interno Ronald, ganándose una mirada desaprobatoria de su madre.

-     Ron que no haya un documento que nos una, no significa que nuestro compromiso no es sólido,- hablo Sirius que venía del pasillo con Isabella en los brazos,- además ella si es la Señora Black,- la castaña se sonrojo.

-     Veo que Remus tuvo dos hijos,- hablo Severus, cuando cada merodeador, cargaba a sus respectivos hijos.

-     En realidad Quejicus esta hermosa princesa es nuestra hija,- esa palabras calaron en el cerebro de Snape, no podía ser cierto esa niña tenia unos 4 años, tan rápido lo olvido, no era posible esa  no era su Hermione, pero Black el tuvo algo que ver pero, necesitaba aclarar muchas cosas,- que ya no puedes hablar tan sorprendido estas.