El secreto de Hermione Granger.

Epilogo: Mi corazón te pertenece...

En un dia con mucha luz, había una hermosa mujer con el cabello negra, frente a un espejo observando su delicado vestido de novia, era sencillo pero muy hermoso, estaba feliz pues al fin uniría su vida con el hombre que ama, tocaba su vestido como si se fuera a romper, era un manojo de nervios pues temía que su novio no apareciera en el altar, ellos eran sumamente diferentes, asi que esperaba no se arrepintiera a ultimo momento, observaba su figura con una enorme sonrisa en el la cara, cuando escucho un ruido afuera de su recamara, ella se acerco a la puerta pero cuando la abrió, una figura con una mascara blanca apareció frente a ella, era igual que el asesino de una película muggle que la había traumatizado toda su vida, asi que grito y de inmediato su color de cabello cambio al un morado idéntico al que siempre llevaba su abuela, el joven frente a ella se quito la mascara y apareció un joven con los ojos verdes, el cabello rubio y guapo frente a el, riéndose mucho.

-     Sebastián eres un imbécil,- grito a todo pulmón, mientras el joven frente a el se burlo,- le dire a mi madrina que me viniste a asustar no creo que esté muy feliz, ella te dijo que dejas tus estúpidas bromas de lado,- el joven bajo la cabeza.

-     Hija que pasa,- pregunto una voz, provenía del pasillo una hermosa mujer de cabello negro apareció, hermosa. Pero con una mirada de furia cuando vio al joven rubio en la puerta,- Sebastián te dijo tu madre que no estuvieras molestando a Eileen.

-     Si madrina solo la quería saludar,- dijo sonriendo con una inocencia que a todos dejaba con la boca abierta.

-     Ya pero vete que Kharla te esta buscando,- el joven hizo una reverencia dejando ver su lado Malfoy con una elegancia inigualable, para despues darse la vuelta y marcharse, por el pasillo de la mansión.

-     Gracias Madre,- dijo la chica de cabellos morados, camino con la bruja de cabellos negros a la habitación. Madre e hija tenían un gran parecido físico, pero en su forma de ser eran distintas,- madre,- hablo la novia.

-     Que para hija,- hablo la orgullosa madre de la joven.

-     Estas decepcionada de mi,- pregunto con lagrimas en los ojos.

-     Claro que no mi niña, estoy feliz y orgullosa de ti,- le respondió maternalmente.

-     Pero me estoy casando a los 18 años, acaba de salir de Hogwarts,- dijo llorando la joven bruja.

-     Mi niña,- dijo mirándola fijamente,- jamás me decepcionarías, eres lo mas importante que tu padre y yo tenemos, ademas tu pensaste la mejor forma de obtener que lo que deseabas, sin embargo yo pase 5 años sin tu padre por mi obstinación, ya que creeme que si no nos hubiéramos separado, nos hubiéramos casado desde mucho antes,- dijo con una sonrisa.

-     Pero papa estaba molesto,- hablo la metamorfomaga.

-     No estaba molesto solo celoso, entiéndelo se casa su princesa, sabes como el y tu abuelo Severus te tratan, eres su adoracion,- le dijo alegremente Isabella Snape. Ese dia era muy importante para ella, pues su hija se casaba, despues de enterarse de la verdad Ted e Isabella comenzaron una relación, hermosa que poco tiempo despues los llevo al altar, haciando que un año despues de su boda naciera su única hija Eileen Lupin Snape, se llamaba como la madre de Severus, por otra parte, sus abuelos la consentían de mas, y ese dia Eileen estaba angustiada porque pensaba que había decepcionado a sus padres.

-     Pero lo apunto con la varita,- le dijo enojada todavia al recordar el momento, en que le pidió la mano de la pequeña metamorfomaga herencia de Ted, el mago de cabellos azules, apunto al joven Marcus, mientras su padrino Albus decía que si fallaba el lo ayudaba y Severus, diciendo que ese era su trabajo.