Vaso VII

196 42 13
                                    

Con una mano en la frente, apoyada en la mesa, tomaba un vaso de cerveza.

El departamento era sobrio, oscuro y opaco. No habían flores ni marcos.

Lo único que daba vida a esa pequeña habitación, era la ventana que podía verse el atardecer.

Era bello, como el sol se ocultaba entre las montañas, hasta dejar paso a la noche y a las estrellas.

Podía recordar cada cosa que veía, pues tanto alcohol que tomaba, tenía bastante resistencia.

Solo cuando tenía estrés tomaba más de la cuenta, quedando dormido en la mesita o sobre la cama.

No entendía, o no recordaba qué lo llevó a ese estado.

Por qué vivía solo.

Por qué no hacía nada más que tomar.

Parecía lo único que le hacía sentir bien de verdad...

Sufriría si se lo quitaran, sufriría si alguien que apreciara le hiciera elegir entre la bebida o la vida.

...Ahora que recordaba.

Tomaba para olvidarse de la rutina y realidad.

Ve la realidad | BlenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora