Taza XVIII

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Hubo algo que cambió positivamente al mayor, y fue la idea en tomar té en vez de alcohol, al principio le pareció pésima idea, no podía reemplazarlo así como así, aunque después de varios argumentos del menor, se dio cuenta que llevaba bastante tiempo en el tratamiento de dejar el mal vicio.

Había progresado, solo faltaba que dejara de ser tan necio.

Sentado esperó que el albino volviera con la taza, y una vez llegó, Blard hizo lo posible para no probarla.

"Te estás comportando como un niño pequeño." Se quejó Geno, en su tono se notaba lo molesto que estaba.

Con eso le convenció de dejar de comportarse mal, y estiró las manos para que Geno, las guiara hasta la taza.

"Si no me gusta, ¿Qué?"

"Te haré probar todos los tés que existan, porque el café en exceso también hace mal."

"Bien."

El sabor no era para fascinarse y emocionarse como lo mejor que había probado, es más, lo fuerte del alcohol era más adictivo que una sustancia tan suave.

Mas, a cada sorbo que probaba, su cuerpo dejaba de estar tan pesado, ni se dio cuenta que había terminado.

"¿Qué te pareció?"

"...Seré honesto." Habló mirando entre comillas la taza vacía. "Está bueno, pero no creo que pueda viciarme con esto."

"La idea no es que sea tu nuevo vicio, Blard." Geno tomó sus manos, dejando la taza en la mesilla para acercarse y usar sus pulgares para acariciar el dorso de sus manos. "Nada es bueno en exceso, por eso debemos vivir en equilibrio. Lo que busco con el té, es que, cada vez que te sientas desesperado por tomar licor, te hagas una taza de té para recompensar tu presión, relajarte y ser consciente de tus acciones, esa es la magia del té."

El castaño suspiró, sonaba justo.

"No podré hacer esto solo."

"Por ahora no, pero cuando recuperes la vista. Sé que lo podrás hacer."

"La vista..."

Debía aprender a ser positivo como quien tenía al frente. 

Debía empezar a creer.

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