Taza XIX

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Otro hecho provocó que se diera cuenta de varias cosas, y esta vez no fue necesariamente Geno quien le hizo dar cuenta de esto, fue con su hermano Stave.

Le había visitado más de una vez en su estado de ceguedad, pero hasta ahora, el rubio le había dicho algo que jamás notó.

Llevaba bastantes meses sobrio, además de un mes sin haber tomado nada.

Antes cuando dejaba de tomar por más de un día, se desesperaba demasiado, no quería hablar con nadie a menos que ya hubiera tomado su ración mínima.

Cuando le quitaban sus deseos, podía ser muy bravo e irascible, capaz de herir a las personas con palabras.

Más de una vez lo hizo con Geno, pero este no se rendía. 

Con Stave lo hizo aún más veces, pero siendo alguien más débil psicológicamente, más de una vez le había hecho llorar. 

Por eso más de una vez sentía que cada vez que le visitaba, ahora que estaba ciego, era todo incómodo, hasta que bueno, dijo ese detalle.

No pudo evitar reír, ¿Tanto había cambiado desde que Geno llegó? 

"Más de una vez decías que te odiabas cuando estabas sobrio, Blard." Volvió a hablar Stave, estaba algo lejos, pues su voz estaba algo lejana. "Pero ahora hasta ríes más, y no estás temblando."

"Debo agradecer a Geno por todo su apoyo."

"¿Ya son novios?" Preguntó con un tono burlón. "Porque escuché por ahí que de vez en cuando tienen unos besos bastante candentes~ Pfft."

"¿Ya te lo dijo...?" 

"No, pero acabas de afirmarlo ¡Haha!"

Hace tiempo no escuchaba a Stave ser tan feliz hablando con él, quizás por eso, en vez de avergonzarse o molestarse, le acompañó en su risa.

Se sentía mucho mejor.

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