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Especial IX: La historia de Ae y Pete

La historia de Pete y Ae desde el principio fue bastante complicada.

Pete era el único hijo de los reyes de Serth y para variar era omega. Por lo tanto debían buscar un esposo alfa para tomar el trono.

Sin embargo todo se complicó cuando conoció al apuesto cortesano Trump, un alfa que desde el primer momento lo trató como si fuera un tesoro y Pete no pudo evitar caer completamente enamorado, su primer gran error.
El segundo fue acostarse con Trump y perder lo único con que le podía garantizar un matrimonio.

Sus padres lo regañaron y le gritaron como por media hora, sin parar. El príncipe jamás se había sentido tan tonto e inútil, y por desgracia la única solución que sus padres veían era que se casara con Trump.

Cuando Pete le hizo la propuesta, el alfa se rio en su cara y le dijo que era un tonto y crédulo. Después de eso el omega jamás volvió a saber nada de él.

Pete se sumió en una depresión terrible, su padre lo reprendía por todo y su madre (aunque parecía apoyarlo) también estaba un poco decepcionada.

Todo cambió radicalmente cuando Ae llegó al castillo. Este pequeño alfa era hijo de unos campesinos que entró a la guardia real desde que tenía once años y a sus dieciocho era un excelente elemento. El mejor guerrero de todo Serth.

No se conocieron en las mejores circunstancias, Pete siempre estaba en problemas y Ae siempre estaba ahí para ayudarlo.
Todo por pura coincidencia, o al menos así lo creían.

Se enamoraron casi al instante. Pete vio en Ae un chico de buen corazón, amable, fuerte y guapo (aunque incluso él fuera más alto).

Por otro lado Ae vio en Pete un príncipe frágil, con el corazón un poco roto pero dispuesto a ser mejor que eso. Increíblemente amable, tierno y hermoso.

La diferencia de clase social no les presentó ningún problema porque Ae se esforzó en demostrar que era un soldado de alta valía y que merecía estar al lado del príncipe heredero. No le costó nada convertirse en capitán.

Al rey, por otro lado, le costó un poco de trabajo pero terminó aceptando que su hijo no sería feliz si no estaba con el soldado.

Y ahora estaban comprometidos y esperaban que, cuando la guerra contra Vimer acabara, se pudieran casar.

—No quiero que te vayas—confiesa Pete.

La pareja estaba acostada para descansar un poco antes de que Ae tuvieran que partir al sur de Gilda.

Ae abre los ojos y le sonríe al omega—Lo sé, Ai Koon Chai pero es mi trabajo.

—Sí, entiendo—Pete baja la mirada—Te voy a extrañar mucho.

—Sabes que yo también—Ae levanta la mano y acaricia la mejilla de su novio—Pero no quiero que estés triste mientras estoy fuera.

Pete sonríe—Creo que estaré bien, me quedaré con Harry así que supongo que no será tan malo.

Ae sonríe un poco—Claro, pero no te acostumbres porque cuando nos casemos ya no me podrás quitar de encima.

Pete se ríe y se inclina para dejar un rápido beso en los labios de Ae—Estaré contando los días, capitán.

Ae se muerde el labio inferior—No me provoques, Ai Pete. Sabes que cuando estoy contigo me quiero portar muy mal.

Pete baja la mirada sonrojado—Quizá yo quiero que te portes mal.

Ae se ríe y se incorpora con rapidez quitándose la camisa desesperadamente.
Se inclina para besar a Pete mientras le empieza a desabrochar los botones de la camisa.

—¿Sabes que quiero hacer?—pregunta el alfa separándose un poco del omega.

—¿Qué?—pregunta el príncipe con las mejillas rojas y el cabello alborotado.

—Quiero hacerte gemir para que todos en este castillo te escuchen—Ae vuelve a besar a Pete, le recorre la boca con maestría y le muerde el labio inferior.

—Te amo, Ae.

—Te amo, Pete.

N. A: Lo sé, demasiado corto.
Pero fue todo lo que me ocurrió para esta linda pareja.

Gracias por leer.