~ Catorce ~

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Llegamos a la dichosa fiesta, y Clarisse estacionó el auto de su madre (o creo había sido de su abuelo) a unos metros de la playa.

La música se escuchaba tan fuerte que taladraba los oídos, mi amiga entrelazó su brazo con el mío y comenzamos a caminar hacía el lugar de la fiesta. Ella sonreía emocionada y mi corazón temblaba de pánico.

El padre de Monique era dueño de una enorme palapa cerca del mar, y ahí estaba la fiesta en su máximo apojeo.

Gente entraba y salía, algunos conocidos otros no, la mayoría con vasos en sus manos, supuse que llenos de alcohol, o ya no tan llenos.

Llegamos a la palapa por un camino de vigas de madera, al parecer la anfitriona había contratado a un dj quién tocaba felizmente música electrónica y de vez en cuándo le daba unos cuántos sorbos a su bebida. Todos bailaban y gritaban y cantaban y saltaban, y yo estaba ahí entre todos, parada.

Unos chicos se llevaron a Clarisse a su círculo de baile y ella encantada comenzó a bailar y se perdió de mi vista entre la multitud, me había dejado sola. Quise salir de ahí presa del pánico, sentía que me iba a dar una crisis ahí mismo, me sentía sofocada y no podía ver con claridad y la música y los gritos me tenían aturdida. Caminé abriéndome paso entre todos esos cuerpos sudorosos que se movían al ritmo del dj y me empujaban, me faltaba el aire.

Entonces comencé a apresurarme, quería salir lo antes posible de ahí pero choqué con una espalda ancha, alcé la mirada y vi una playera roja, el propietario se giró y me sonrió.

Era Ashton.

Por Dios.

-Hey-, me saludó mostrando sus hoyuelos.

Me quedé estática y sentí como toda la sangre de mi cuerpo subió hasta mi cabeza.

Vamos Lili, di algo.

-Hey-, sonreí incómoda y desvíe mi mirada.

-No imaginé que fueses a venir-, comenzó a hablar él emocionado.

-Sí, bueno, yo tampoco imaginé estar aquí.

Se rió, y yo reí con incomodidad tratando de huir.

-¿Quieres beber algo?

-No, gracias, de hecho ya me voy.

Enarcó una ceja y sonrió.

-¿Cómo dices? Si es muy temprano.

Me le quedé mirando, no sabía que decir porque estaba embobada en sus rizos rebeldes y en lo bien que le quedaba esa playera roja. Rió suavemente.

-Anda, ven, vamos a tomar algo.

Me tomó de la muñeca y me guió hacía la multitud otra vez, mi piel cosquilleaba con el tacto de su mano y sonreí inconscientemente.

Nos paramos frente a una mesa larga llena de botellas, vasos y frutas. Arrugué la nariz, ¿qué era todo eso?

-¿No hay coca-cola?- pregunté avergonzada.

-Eh, no- rió Ashton,- pero si hay botellas de agua, ¿quieres una?

-Sí, por favor.

-Está bien, ahora vuelvo.

Me quedé esperándolo mirando hacía todos lados, un par de chicas llegaron y llenaron sus vasos de una botella con un líquido rosa. Suspiré.

Pensé que Ashton no demoraba mucho en volver y comencé a relajarme, nadie me miraba y eso me agradaba así que me recargué sobre la mesa donde estaban las bebidas y a lo lejos miré una silueta caminando con paso decidido hacía mi.

En cuestión de segundos Monique estaba parada frente mío, se veía furiosa.

Y seguramente yo me veía como un pecesito aterrado.

-¿Qué crees que haces?- me espetó de repente a pocos centímetros de mi cara.

Tenía los labios de color rojo y sus ojos brillaban, siendo sincera Monique era muy hermosa.

-¿Perdón?- titubee, no sabía que decir y me sentía tan vulnerable, sabía que no debía haber ido a la fiesta.

-Estás coqueteando con mi novio-, su mandíbula se tensó y su mirada era tan fuerte que me intimidaba.

Aunque, vamos, yo siempre me sentía intimidada por Monique, aunque sé que no debería ser así.

Porque es una chica, una chica igual que yo a fin de cuentas, y entre chicas no debemos intimidarnos unas a otras, pero al parecer mucha gente no lo entiende.

Y ella tampoco.

-No estoy coqueteando con tu novio.

-Por favor, Liliana, te estás arrastrando hacía él con tu carita de "yo no rompo ningún plato".- suspiró y se llevó los dedos al puente de su nariz-, no te quiero ver cerca de él, ¿entiendes?

-No Monique, no entiendo-, la reté-, no entiendo porqué estás celosa de mí, ¿me ves bien? ¿Te has visto tu? No puedo creer que una chica tan popular y bonita sea tan insegura de si misma.

Estaba furiosa, lo sabía porque su piel canela estaba enrojecida, porque sus labios estaban fruncidos al igual que su frente, y yo estaba bien, yo estaba bien.

-No soy insegura de mi misma-, gruñó y se fue.

Suspiré y vi cómo se alejaba.

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