》Capítulo 5

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— ¿Por qué las personas te miran así?

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— ¿Por qué las personas te miran así?.

Tenía la vista en el suelo, contando las pisadas anteriores de las personas que quedaron grabadas en la nieve. Mientras que Castiel miraba alrededor, fascinado por alguna razón. Pero al oír su pregunta, casi al instante levanté mi vista.

Mentira no era. La mayoría aquí lo hacía, como si mi presencia fuese un tipo de aberración humana. Eran miradas pesadas, de esas que sabes no tienen las mejores intenciones y que sientes aún así teniendo un muro al frente. Pero ha sido tanto el tiempo que la costumbre se hizo presente en mí y me limité a contestar:— Se llama discriminación, Castiel. Es cuando las personas no te aceptan por tener algo distinto a los demás. Te juzgan. Eres un error, según ellos.

Él me miró y al cabo de unos segundos pareció comprender, bajando la cabeza junto con una mirada confusa.

— El mundo está más roto de lo que creí...

— Lo está. Pero bueno, en un mundo de iguales es mejor ser diferente. ¿No? — intenté darle ánimo al asunto con una sonrisa.

Castiel me imitó. Así fuimos caminando hasta llegar al pequeño y único McDonald's de aquí. Como había dicho anteriormente, es técnicamente igual a los subcursales de otros países y ciudades, pero ya que estamos en uno de los lugares más fríos de Estados Unidos; el color rojo que lleva el local es un tanto distintivo aquí. Y la mayoría de las personas van allí a pasar el rato.

¿Por qué pienso tanto en un estúpido restaurant de comida rápida?, tal vez porque estoy perdiendo mi vida ahí.

Estiré mi brazo para empujar la puerta de vidrio pesado hacia dentro, pero otro brazo largo lo hizo primero; dándome paso a mí. Miré por encima de mi hombro y los ojos verdes de Castiel me indicaron con una mirada amable que pasara. Sonreí extrañada, tanta caballerosidad hacia mi persona es anormal.

Susurré un gracias y entramos, llegando a mis fosas nasales ese olor que identifica este lugar. Combinado con desinfectante de fresa. Miré buscando una mesa disponible por todas partes, habían muchas personas, hasta que hallé una al lado del ventanal. Cuando volteé para decirle a Castiel que tomara asiento allí, apreté mis puños al notar lo siguiente: Kennedy, una de mis compañeras, hablaba con él coquetamente mientras que Castiel sonreía inocente. ¡Me descuidé un segundo nada más!.

— ¡Castiel! — le llamé acercándome.

Kennedy me miró y se dió la vuelta a la cocina evitando mi mirada. Sabe que mi humor no es muy bueno. Por el rostro angelical de mi nuevo amigo no había más que una sonrisa y en su mano sostenía una tarjeta.

— Tu amiga es muy dulce; me dio una tarjeta para cuando necesitara su ayuda — me la enseñó y yo rodé mis ojos —. ¿Lo ves?, el mundo no está tan roto.

Si tan sólo supiera sus verdaderas intenciones. Y no puedo evitar molestarme, ni siquiera sé por qué. Fue un simple acto de hormonas alborotadas — pero no la culpo del todo, si no supiera quién es Castiel y entrara aquí es muy probable que actúe embobada, más discreta, pero igual lo haría —.

Ángel©[Bill Skarsgård]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora