》Capítulo 13

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Los Ángeles le dicen la peor agonía.
Los demonios le dicen el mejor placer.

Y los humanos lo llamamos amor.









Y, ahora, estando aquí sentada al frente de él mientras que cada segundo va más me arrepiento de venir. No por mi padre. No por Castiel. No por Rachel. Sino por su familia, esa familia que sé que me quiere lejos de ellos. No siento nada más que sus miradas encima de mí, acusandome de cosas que jamás he hecho. Haciéndome sentir más miserable de lo que cada día me siento.

Mentiría si digo que mi padre Carl se molestó conmigo por haberle presentado a "mi novio", mentiría si digo que le dio esa incómoda charla a Castiel. Mentiría si digo que él le tomó importancia. Me removí en mi silla de nuevo, con incomodidad. Estando bajo la atenta mirada de la pareja de mi padre; Harry. Era un hombre que te descubría el alma con su mirada grisácea y más aún con los hijos del demonio que tiene como promogénitos.

─ Daella, estuve pensando y creo que una cirugía no te haría nada mal. Quizás agrandarte los pechos o parecido ─ me habló Karen, la hija mayor de Harry. Sonrió ante la idea muy entusiasmada ─. Te recomendaré un cirujano genial, de haberlo hecho antes Adrien se habría quedado contigo más tiempo.

Con estrés, llevé mi mano al puente de mi nariz y suspiré. Oí la risa de mi padre y de los demás en la mesa; menos Castiel. Quien jugaba con el tenedor ajeno a la conversación. Con falsedad sonreí y la miré a sus ojos caramelos. Era una típica chica rica con influencias de grandeza.

─ ¿Para terminar igual a ti?, lo siento. Tus pestañas son falsas, al igual que tu cabello. No me sorprendería que también tengas postizo el corazón.

Su perfecta sonrisa tan rápido como vino, se fue. Para dejar una mueca de disgusto, ahora era yo la que sonreía victoriosa. En sus ojos puedo ver cuánto me odia.
De reojo, noté que mi padre tapó su boca para ocultar una sonrisa. Mientras que Harry le dio un golpe en el brazo y señaló con su cabeza hacia mí. Rodé los ojos, Carl se dejaba dominar por ese hombre. Sam, el hijo menor y menos odiado por mi parte. Tenía quince, alzó su mano para chocarla con la mía y lo recibí. Le gustaban mis bromas sólo que no las utilizara en él.

─ Cariño, por favor. No comiencen, espantarán a Castiel ─. Le saqué la lengua como una niña. Señaló con un ademán al rubio que ni siquiera nos miraba ─. Y hablando de ti, Daella me contó que vinieron fue por un asunto tuyo. ¿Se puede saber cuál es?.

Al ser nombrado, alzó la vista dejando ver sus ojos verdes y pasó la mirada confundido por todos nosotros al estar perdido en el tema. Se enderezó y aclaró su garganta.

─ Yo... t-tengo familia aquí, pero no sé exactamente en dónde viven ─ mintió mirando a papá quien tenía toda su atención al igual que los demás en la mesa ─. Y recordé una vez que Daella me contó que su padre vivía en Cold Hill y le pedí que por favor me acompañara. Así ella aprovecharía de venir a visitarlo.

La mirada de Harry me golpeó. No tengo nada en contra de él, tampoco es el hecho de que sea el esposo de mi padre. En realidad, estoy feliz de que aunque Carl sea caballeroso haya aceptado su verdadero gusto por el mismo sexo. Es sólo que, al casarse con Harry; muchas cosas cambiaron. Hizo lo posible porque yo me alejara de sus vidas, apenas y permite que papá me dé dinero o que me llame.

─ Así que si no fuese por tu novio jamás habrías venido a visitar a tu padre ─ añadió con notable intención.

─ Tranquilo, Harry. Daella trabaja, no lo olvides. Apenas y tiene tiempo.

Ángel©[Bill Skarsgård]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora