》Capítulo 10

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Las personas somos extrañas, nada en nuestros pensamientos tiene sentido. Por un momento creemos buscar todo teniendo nada; y otros buscan nada teniéndolo todo. ¿Por qué no me tocó una vida aburrida?, con padres juntos que nunca pelearan, amigos, rutina, sin... esos dones. Y creo, que nadie en esta tierra tiene una vida aburrida. Y si la tiene, añora porque no sea así. Aveces ni siquiera entiendo la inconformidad humana.

Son estúpidos pensamientos fugaces. Terminé de recoger los mechones de mi peluca con una goma de cabello, y me subo a la cama dispuesta a dormir, una vez que me cambié en el baño. El frío me cola los huesos, y sin importar que Castiel haya cerrado las ventanas, aún así sigo sintiendo mis dedos adormecidos. Me senté a observarlo, parecía incómodo. Sentado en la silla a un lado de la cama, sus piernas largas estiradas hacia abajo y de brazos cruzados intentando conseguir calor. Así estaba, me dio algo de remordimiento.

— Oye... — susurré haciendo que abriera los ojos de golpe —. La cama es muy grande, ven. Quizás te haga uno o dos moretones con mis patadas pero estarás más cómodo que en esa silla.

Me dio una sonrisa de lado, y sin pensarlo mucho se levantó. Llevaba la pijama vieja de papá, de pantalones a cuadros negros y un suéter del mismo color. La cama se hundió al sentir su peso, inflé mis mejillas mientras observaba cómo se acomodaba. No sé cómo agradecerle lo que hizo por mí, quedarse en el baño soportando mi llanto. Ni siquiera yo me reconocí. No lloraba desde hace mucho, y siendo siencera; me apenó que él me viera así tan frágil.

Mis manos estaban entrelazadas encima de mi vientre y mis ojos contemplando el techo. Buscando palabras para contar mi trascendencia amorosa que daba pena. Sé que Castiel no está dormido, y, algo en mí, me dice que está tan incómodo como yo en este silencio sepulcral. Suspiro, decidida. Es tan injusto que se haya quedado conmigo y yo aún no le cuente. No haré tanto drama, Castiel merece saberlo. Será mi forma de agradecerle.

— Cuando... cuando estaba en la escuela, era la chica más divertida que podrías conocer. Intentaba de alguna manera hacer reír a cualquiera. La tristeza... era mi peor enemiga — noté por el rabillo de ojo cómo me miraba, estando acostado a mi lado. Extrañamente, no me siento presionada. Las palabras salen con naturalidad y eso me gusta —. Tenía muchos amigos, mis padres para ese entonces estaban juntos y tenía un positivismo irracional. Todo iba en circulo, constante; nada malo salía. Fue cuando conocí a Adrien.

》De alguna manera, ese cariño que jamás había experimentado él me lo dio, sin nada a cambio. Se convirtió en mi mejor amigo, sin importar que yo fuese extraña y él popular. Era amable, divertido y cariñoso. ¿Qué más podía pedir?, era... era perfecto — sonreí sin querer hacerlo, recordando esos bonitos momentos. Me siento tonta al hablar de esto, y Castiel sólo se dedica a mirarme con paz en su rostro. Fui desvaneciendo mi sonrisa —. La amistad se hizo más fuerte, no había día en que Adrien y Daella no estuvieran juntos. Él me daba su comida y yo la mía. Pero... nunca lo vi tan apuesto hasta el día en que me prometió alagarme cada que me sintiera fea. Porque, mis problemas de autoestima eran del asco — una mueca cruzó por mi rostro y lo oí soltar una pequeña risa. Lo miré y él a mí, así que continué:—. Aún sabiendo que estaba enamorado de otra chica, cada día que pasaba su sonrisa se me hacía más hermosa.

— ¿Estaba enamorado de otra chica?.

— Sí. Desde que tiene memoria. Pero ella nunca lo vio de esa manera, o eso creo. En fin, si algo tenemos en común es que somos brutalemente honestos y un día que caminábamos le dije: Hey, Adrien. No vas a creerme, pero creo me estoy enamorando de ti. Él me miró y respondió: ¿Enserio?, pues para mí eres como una hermana — solté en un gruñido sus palabras —. Yo... fingí que no me destrozé. Fingí que no me dolió, pero ese sentimiento era más grande que mi orgullo. Se volvió una mala adicción para mí. Y estaba tan desesperada porque él me notara como algo más,que, mediante pasaba el tiempo; tenía la necesidad de hacer que me quisiera; aunque sea de mentira.

Ángel©[Bill Skarsgård]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora