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Hubo un niño que nació exactamente el mismo día que todos los de la academia umbrella pero no era especial, su madre había tenido un embarazo normal pero desgraciadamente murió después de dar a luz, el padre estaba destrozado y culpaba al niño de eso, pasaban lo años y el sufría maltratos de su padre.

El niño aprendió sobrellevar los duros tratos de su padre gracias a algo,  un sueño inocente, soñaba con algún día ser parte de la academia umbrella, él admiraba a los niños que la conformaban, compraba todas las tiras cómicas, figuras y cosas relacionadas a la academia.

Un día decidió cumplir su sueño e ir a solicitarle Sir Reginald que lo dejara ingresar a la academia, y lo hizo.

Hizo un uniforme parecido al que usaban los niños y tomo un autobús desde su casa hasta la academia,cuando llegó había muchas personas dándoles un bienvenida a los niños que acababan de llegar de una misión, cruzó las cercas de límite y se acercó a una de las niñas de tez morena.

- Disculpa - antes de que agregar algo un niño rubio lo tomo del cuello de la camisa.

- No puedes estar aquí niño - le dijo apartandolo.

Se sentía dolido de que sus héroes lo tratarán así, pero se convenció de que sería diferente una vez que formará parte de la familia.

El niño miraba como los demás entraban hasta que Sir Reginald lo vio.

- ¿Que haces aquí niño? - le pregunto mirándolo con la ceja alzada.

- Yo- yo quiero unirme, nací el mismo día que los demás y no será necesario entrenarme le prome - empezó a hablar nervioso pero fue interrumpido por una carcajada.

- Hay dos tipos de personas en este mundo niño,los especiales - lo tomo de el cuello de la camiseta y lo arrastró alejándolo de la academia - y los que no.

Lanzó al niño y este callo a la calle, las personas a su alrededor empezaron a reír.

- Tu no perteneces aquí - le dijo el hombre.

Lo miraba con superioridad desde la entrada de la mansion, detrás de él se encontraban los demás niños quienes miraban neutros la escena, excepto una niña.

El miraba con tristeza y enojó a sus héroes, se levantó y empezó a caminar lentamente a la parada de autobús, a unas calles sintió como alguien lo tomaba del brazo, se giro a ver y se llevó una gran sorpresa al ver a número ocho frente a el.

- ¿Estás bien? - le pregunto preocupada.

Cuando reaccionó la observó y luego asintió.

- ¡Oh no! mira tus rodillas - le dijo señalando las rodillas angustiada.

El niño las mira y tiene algunos raspones con sangre, ni siquiera las había sentido.

- Descuida yo te ayudaré - le dijo la niña poniéndose de cuclillas y puso una mano en la rodilla y está sano, hizo lo mismo con la otra.

- Gracias - murmuró el niño.

- No es nada, lamento el comportamiento de mi padre a veces es algo duro - le dice apenada.

- Es hora de regresar ocho - escuchan una voz de atrás y cuando mira es número Cinco.

- Si, ya voy. - responde la femenina - Nuevamente me disculpó y espero volverte a ver.

La niña se va y antes de que el puedes decir algo desaparece junto con número Cinco.

" Un angel " es lo que piensa el.

El tiempo pasó y el niño desarrollo un odio hasia la academia y una obsesión por número ocho, coleccionaba artículos de ella y pegaba en las paredes recortes de fotos de ella e incluso tenía pensamientos perversos, noto que ella no parecía crecer y eso le fascino aún más " un angel eterno" pensaba.

Fue entonces que sucedió, el miraba feliz la televisión que en ese momento mostraba una entrevista con los jóvenes al terminar una misión, él la miraba y pudo notar algo que lo hizo enfurecer, número Cinco y ella se mantenían muy juntos, se daban miradas y pequeñas sonrisas, eso no le gustaba para nada.

Esa noche su padre llegó y como siempre le exigió una cerveza, el estaba muy enojado y cuando se encontraba tras él pudo ver claramente a número Cinco, tomo un martillo y sin dudarlo lo estrelló en su cabeza, una y otra y otras vez hasta que quedó irreconocible.

A la mañana siguiente fue llevado a juicio y sentenciado a 16 años de cárcel, el no se lamentaba de lo que había hecho.

Durante todo su tiempo en prisión fue abusado múltiples veces, en su cabeza todo era culpa de los niños de la academia umbrella, entonces decidió que un día tomaría venganza y porque no? también tener a su pequeño angel en sus brazos al fin.

Pasaron los años y por fin salió de prisión, comenzando también su venganza.

NUMBER FIVEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora