El mensaje de Aristóteles era claro: "Llego a eso de las 9 de la noche. Espérame despierto, quiero verte"
Notaba algo extraño en sus palabras ¿quizás lo seco que fue esta vez? No, no solo era eso. Sentado desde el escritorio de su habitación podía sentir el aura amenazante de Aristóteles.
Se puso de pie y se dirigió hacia la sala, ahí estaba Andrés durmiendo desparramado luego de un largo día de trabajo.
Se arrodilló y lo despertó de una sacudida asustándolo en el acto.
— ¿Popó? ¿Qué sucede? ¿Por qué traes esa cara?
— Es hora de que apliques lo que sabes en maquillaje y esas cosas.
Ha Andrés se le escapó una pequeña sonrisita por la expresión que traía Temo en ese momento. Era la combinación de cansancio y desesperación metido en el cuerpo de un niño. Era adorablemente perturbador.
— Mi momento llegó ... Aunque no era como lo esperaba. Pero si te puedo servir de algo, con gusto lo haré. Además de que me estás ayudando ... Es justo que yo también te ayude.
Temo asintió y Andrés se levantó a buscar lo que compró aquella noche en la que vió por primera vez a Aristóteles.
Temo le dió indicaciones de como debía ir vestido para que se asemejara más o menos a un López. Como Aristóteles no conocía el aspecto físico de su hermana mayor, no fué tan complicado la transformación.Luego de unas horas, Andrés había quedado irreconocible. Traía una peluca castaña ondulada que le llegaba hasta el lumbar, un vestido largo y unas balerinas de color gris.
— Me siento extraño — dijo mirándose al espejo — esto está apretado. ¿Cómo las mujeres soportan usar faja? No se puede ni respirar.
— Dicen que la belleza cuesta — respondió agregando un guiño al final.
— No creo poder aguantar estar así todos los días, eh.
— Solo por esta semana — suspiró.
— Tampoco pienso que él se la crea.
La puerta principal empezó a sonar con un ritmo un tanto peculiar. Era Aristóteles, había llegado antes de lo imprevisto.
— Mi Tahi llegó — dijo nervioso — Solo intenta no decir mucho.
— ¿No necesito saber algo importante?
— Te llamas Lupita López y vienes de Toluca. Eso es todo.
Andrés levantó su brazo enseñándole parte de este
— ¿Y cómo le explicó esto? ¿Le digo que los pechos se me subieron a mis brazos y que por eso tengo músculos? — bromeó.
— Invéntate algo.
Temo abrió la puerta, y al hacerlo se encontró con Aristóteles, quién se mostraba un tanto nervioso y pensativo mientras mordía sus uñas. Pero dejó de hacerlo instantáneamente al ver el rostro de su novio luego de tanto tiempo.
Cuauhtémoc se le lanzó en su encima dándole un fuerte abrazo.
— No sabes cuánto te extrañé, Ari — dijo escondiendo su cara en su pecho — Me hiciste mucha falta.
Aristóteles se mantuvo en silencio en todo momento. Sus ojos se mantenían fijos sobre Andrés, o mejor dicho, "Lupita", quién los miraba desde el medio de la sala conmocionado por la escena.
No quería aceptarlo por nada en el mundo, pero Diego no le había mentido.
— ¿Así qué eres Lupita López, verdad? — Dijo Ari seriamente sin expresión alguna.
Temo alzó la mirada hacia Ari y luego hacia Andrés. Solo con esas palabras hizo que el ambiente cambiará repentinamente. Ahora se sentía todo tenso.
— Sí, y supongo que tú eres mi guapísimo cuñado ¿No es así? — dijo intentando hacer la voz aguda, la cual le salía a la perfección ya que él tenía una voz suave — Que suerte tuvo mi Temo al conseguir a un novio tan guapo, además de talentoso.
— ¿Con qué mi Temo, eh? — susurró para sí mismo.
Temo se separó de Ari y este entró parándose frente a Lupita.
— La otra vez te vimos cantar en vivo en ese programa. No sabes cómo se puso Temo al verte. No dejaba de-
— ¡Hermana...! — lo interrumpió Temo regañandola.
— Oh sí, cierto.
Temo ingresó las maletas de Ari y cerró la puerta.
Andrés se sentó en el sillón y Ari se sentó a su costado sin quitarle la mirada de encima analizando cada detalle de ella. Esto lo hizo ponerse más que nervioso.
— ¿Ya mencioné que soy fisicoculturista? — dijo Andrés sin pensarlo y con una gran sonrisa.
— No, pero es un dato importante. La verdad me gustaría saber más de tí, "Lupita". ¿De dónde vienes?
— También es de Toluca — respondió Temo por ella.
Esto se estaba empezado a volver incómodo.
Temo tomó las maletas de Ari y dijo:
— Ya es tarde ¿No, Ari? Iré a desempacar tus maletas a la habitación. Anda date un baño, amor, para que te vayas a acostar. Ya mañana hablamos entre todos.
— No, Tahi — respondió — Quiero seguir conociendo a mi cuñada. Ve adelantandote — añadió una gran sonrisa al final y miró a Lupita — No sabes cuánto entusiasmo me dió por conocerte y saber más de los López. Mi Tahi me dijo que le hacía muy feliz que estuvieras aquí, y la verdad es que a mí también porque hubo alguien que estuvo viendo por el bienestar de mi bebé.
— Qué lindo ... — balbuceó Andrés.
Temo nervioso agarró sus maletas y se dirigió a su habitación.
Aristóteles volteó a ver qué Temo entrara, y cuando escuchó el sonido de la puerta de su cuarto cerrarse, regresó a mirar amenazante a Lupita, y dijo:
— Escucha, no sé qué diablos haces aquí, o qué es lo que quieres, pero te advierto que si le has puesto un dedo encima a mi Tahi, te parto la cara.
El pulso de Andrés se aceleró ante la amenaza de su acompañante.
— ¿Disculpa? Cuñado, no sé de qué me hablas ...
— ¡Ya no finjas!
Ari le arrancó la peluca de un porrazo y lo tiró al suelo poniéndose en su encima para que no escapara.
Andrés estaba perplejo ante lo que sucedía. Nada de eso estaba escrito en el guión.
— ¿Qué es lo que pretendes con mi Temo, eh?
— ¿Por qué querría yo algo con él? — dijo tartamudeando.
— Oh ¿Ahora es muy poco para tí?
— ¿Qué? Yo no dije eso.
— ¿Entonces estás diciendo que eres mucho para él?
— No manches, Aristóteles. Sacas palabras de mi boca que no e dicho.
— No, pero lo pensaste. Puedo leer tu mente perversa.
— Si en verdad lo hicieras, sabrías que yo no soy como tú.
— ¿Qué, guapo y con talento? Eso ya lo sé.
Andrés enojado intentó sacar de su encima a Aristóteles, pero este se negaba a salirse.
Ari agarró un pequeño florero con agua que estaba ahí y le dijo:
— Te lo vuelvo a repetir ¿Qué pretendes con Temo?
— ¡Nada!
— Nada significa muchas cosas.
Ari vacío todo el agua encima del rostro de Andrés, y empezó a quitarle todo el maquillaje de encima.
— ¡Ahhh mi maquillaje, idiota! — gritó Andrés intentando apartar sus manos de su rostro — ¡¿Sabes cuánto me tarde en que quedara así de perfecto?!
Esto le recordaba a algo a Aristóteles ¿un déjà vú quizás?
Por la ira, Andrés le propinó un golpe en el rostro a Aris haciendo que este cayera a un lado.
Ari se pasó la mano por la mejilla y le devolvió el golpe a Andrés.
— ¡¿Y tú sabes lo que me tarde en aceptar lo que yo también sentía por Temo!?
— ¡No! ¡Nisiquiera sabía que era gay!
Antes de que pudieran continuar peleando, Temo salió de la habitación hacía la sala al escuchar los gritos de ambos.
— ¡¿Qué está pasando aquí?! — dijo anonadado ante la situación.
Miró a Ari que tenía la respiración acelerada, y a Andrés, quién ya estaba completamente al descubierto.
>>"Oh, no"<< pensó.
— ¡Lo qué pasa es que me mentiste, Temo! — gritó Ari con sumo enojo. Y nadie lo culpaba, tenía todo el derecho de estarlo.
El cuerpo de Cuauhtémoc temblaba y empezaba a sudar frío. Su cabeza en ese momento era un caos total que no le dejaba pensar bien.
— Ari, Tahi, mi amor, escúchame. Yo solo no quería preocuparte por los proyectos que tenías, pero todo se me salió de las manos y-
— ¿Preocuparme de qué? ¿De qué metiste a la casa a otro Diego ni bien me fuí? — lo interrumpió. Tomó aire y continuó — Pensé que ya habíamos hablado de esto, Temo. Ahora me queda claro que sigues sin confiar mí ... en nuestra relación ... ¿Y acaso ahora yo puedo confiar también? — dijo decaído.
— ¡Claro que sí, Ari! De eso nunca lo dudes ... por favor — dijo con la voz entrecortada.
— ¿Entonces por qué?
— Pensé que te lo ibas a tomar como ahora, por eso yo ...
— ¿Y cómo quieres qué me lo tomé si acabas de hacer algo tan sumamente ridículo, eh?
— Pero déjame explicarte la historia completa, Ari.
— No, yo ... No quiero verte por ahora.
Ari caminó hacia la puerta y desde atrás, Temo ya con coraje y apunto de llorar, dijo:
— ¿Entonces por qué volviste?
— Porque yo si confío en tí, Temo. Por eso.
Dicho esto, salió y cerró la puerta con fuerza, dejando así pasmado a Temo y con la respiración entre cortada sin poder reaccionar ante lo que acababa de pasar.
Quería desaparecer, quería que todo lo malo le pasara en ese momento.
— Tahi ...
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•Nacimos para crear un mundo de colores juntos• (ARISTEMO)
FanficAristóteles y Temo al lograr "escapar" a CDMX, se percatan poco a poco que las decisiones de uno afectan el destino del otro. Una noche, un sujeto al intentar atentar contra de la vida de Temo, su misterioso salvador resulta ser un chico que lleva p...