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Pov Snape.

Le di un sorbo a mi copa, el sabor a vino barato me hizo fruncir el ceño, lo deje en la mesa y ajuste la máscara en mis ojos cuidando de que no se cayera. No entendía como mi amigo y compadre Lucius me había convencido para estar en semejante lugar, un hombre como yo no se veía reducido a estar en sitios como estos, lugares clandestinos en donde se vendían hombres y mujeres con cualidades diferentes, no humanas. Las luces descendieron completamente, comenzaría la subasta, cuando ascendieron estaban en el escenario alineadas 7 personas jóvenes, chicos y chicas. Me quede estático, un olor a pergaminos viejos, tarta de calabaza y otra cosa que no alcance a definir que era entraron a mis fosas nasales haciendo que la nariz me cosquilleara. Apreté los puños, se supone que antes de entrar te dan una pastilla que te calma aquel instinto lobo, a pesar de no querer levantar la vista mis ojos se toparon con aquellas esferas color esmeralda observándome de reojo, gruñí. Mi instinto dictaba que ese pequeño debía ser mío sin importar que, trague grueso, ni siquiera escuche lo que la mujer llamada Dolores Umbridge decía, dejaron a la primera chica y retiraron a los demás. Mi lobo quería salir corriendo detrás del hombresito, respire hondo y trate de tranquilizarme, no era un maldito adolescente para estar teniendo tal comportamiento. Me trague todo el contenido de la copa, el segundo chico paso, las cifras iban incrementando cada vez más, luego de él vino otra mujer y me sentidos se agudizaron al ver entrar al chico de ojos color esmeralda.

— Bien, no hace falta describir al pequeño omega, así que empecemos —fruncí el ceño, estaba seguro de que si abría un poco más la boca se tragaría al pequeño arrodillado junto a ella pues daba la impresión de ser un sapo disfrazado de mujer.

— 500 galeones de oro —escuche al hombre sentado en la mesa a mi derecha, gruñi por lo bajo, cada centimeti de mi piel, cada parte de mi cuerpo quería estar con él, no permitiría que otro hombre estuviera con él. ¿Qué te está pasando? No tenía porque tenerlo, había pasado los 130 años de mi vida viviendo sólo, en un apartamento y disfrutando de mi trabajo como profesor de pociones en una de las escuelas mas prestigiosa del mundo ubicada en Inglaterra para Shifter.

— 10.000 galeones de oro —bien, eso salió de mi boca, la sala quedó en silencio, las cabezas voltearon, no me inmute, sólo me digne a ver directamente hacia la mujer ubicada al lado del chico, la sonrisa de la misma se ensanchó.

— ¿Alguien da más? —las cabezas dirigieron su vista al frente pero nadie dijo nada, sonreí, él chico era mío— ¿no? Bien ¡vendido al número 102!

Espere con impaciencia que terminara la subasta y me dirigí a reclamar lo que era de mi pertenecía, estaba ansioso, mi lobo estaba inquieto, aullando a medida que me acercaba y dando vueltas al rededor. Me maldije internamente, no, esa era imposible, trague grueso al llegar a un mostrador, una hermosa chica de cabello rubio atado en una coleta me sonrió, después de firmar algunos papeles que me cedían completamente la custodia del chico llamado al parece Harry, al cabo de segundos un guardia no más alto que yo entro con el chico apretando su brazo, aunque Harry estaba vestido completamente no me gusto la forma en como lo agarraba el otro alfa, le gruñi en respuesta y entendiendo la indirecta haciendo que de inmediato lo soltara. Harry me miró fijamente, pareciendo asombrado y con las mejillas sonrojadas, olía tan increíble, y la lujuria era uno de los olores más fuertes, mi pene estaba duro en cuestión de segundos en mis 130 años de vida nunca me había pasado esto y menos por un crió de 19 años, un niño prácticamente, no se comparaba con la sensación de excitación sentida por los antiguos polvos.

— Ven —dije lo más calmado posible, él chico se acercó a mi sin mirarme y cuando estuvo a menos de un metro me extendió una tira de cuero, me mordi el interior de mi mejillas no había notado el collar alrededor de su cuello. Respire hondo y aleje los malos pensamientos, debía comprar especias para hacer pociones eso era lo único en que debía de pensar. Maldije a mis padres por esto, yo no tenía la culpa de nacer mitad lobo, mitad brujo, era un maldito mestizo. Lo agarre del brazo y nos aparecí en mi apartamento, me aleje de él poniendo dos metros de distancia— mi nombre es Severus Snape y espero ser llamados como tal adjuntando el señor, tienes una habitación para ti, soy profesor aunque ahora este de vacaciones al inició de las clases irás a la escuela conmigo en donde residiremos, te impartiré clases por lo que sé no debes de haber tenido mucho educación y harás los quehaceres de la casa, eso sería todo por decir ¿entendido?

— Sí señor Severus Snape —un leve sonrojo adornando sus mejillas. Trague grueso, respire hondo y con un gesto de cabeza le indique que me siguiera, guiándolo por el pasillo de mi residencia le señale las habitaciones que constan de tres y el baño, la suya con una de por medio a la mía.

— Ve y toma un baño, ya sabes donde dormiras, prepararé la cena y nos pondremos al día en cuanto a tus habilidades —sin mirarme asintió y se metió en su cuarto.

La cena, sería algo rápido, una distracción bastante oportuna. Ahora estaba comenzando a arrepentirme en haberlo comprado, no sólo quería follarmelo, quería marcarlo hacerlo mío en todos los sentidos y no estaba dispuesto a proceder ante tales pensamientos. Pique los tomates en rebanadas, el pan, la lechuga, el jamón y queso, contando la kétchup y mayonesa estaban en el mesón mientras lo hacia. Un pensamiento de otro tipo tocando a Harry me llegó, no podía dejar que eso si quiera ocurriera, porque era mio ¿no? Sí, lo podía sentir pero no podía joderlo sin su consentimiento.

— Señor —parti la tabla de picar en dos al oír esa tierna voz, solté un suspiro y eche las rebanadas del tomate en un plato— si quiere puedo preparar la cena.

— No, hoy seré yo quien lo haga —dije empezando a acomodar cada ingrediente en su lugar, mi varita pesaba en mi bolsillo así que cuando todo estuvo listo la saque y con un movimiento los sándwiches, las salsas y el zumo de calabaza en la nevera estaban en la mesa. Le hice seña al muchacho para que se dirigiera a la silla. Me senté frente a él, su mirada abajo y su compostura recta, estaba delgado para su edad— come y echa la salsa de tu preferencia.

— Gracias señor —sonrió ampliamente y comenzó a comer. Me llenaba de orgullo verlo alimentarse por alguna razón, sus mejillas agrandadas y es expresión de felicidad y puro gozo, como si nunca hubiera comido algo parecido y quizás no estaba equivocado, se me revolvió el estomago.

— Escuche Harry, no le presté atención realmente a lo que dijo Dolores al momento de subastarle, no sé de sus habilidades así que agradecería si me informara y vea mis ojos al hablar —asintió mirándome, su mandíbula moviéndose rápido al masticar, tragando la comida bebió un poco del zumo para pasarla.

— Yo estoy a su disposición para cualquier cosa, sé cocinar, lavar, planchar, limpiar, puedo hacer perfectamente cualquier quehacer del hogar para eso fui criado —desvió la mirada un momento, algo oculto ¿qué? Un pasado tortuoso y eso creaba otras preguntas que me encargaría de resolver después, apenas era el comienzo, su tes pálida se puso colorada—, soy virgen y un mestizo.

— ¿Mestizo? —mis ojos se agrandaron, eran dos revelaciones bastante fuertes, un chico con su flor intacta, mi lobo aulló feliz al escuchar eso, arañando queriendo salir, lo hice a un lado, más tarde haría una posición que mantenga mis instintos a raya— ¿qué tipo de mestizo?

— Mi mamá era humana y mi papá aunque pareciera uno podía transformarse en un lobo, yo soy un omega —asentí y trate de recuperar la compostura, entonces bien podríamos ser iguales pero él no tenia sangre de brujo así que no. Un omega, su excitación era evidente, yo le atraía ¿él sabría sobre las parejas predestinadas? Metí el ultimo pedazo de pan en mi boca, me levante.

— Estaré trabajando, al menos que se traté de una emergencia no quiero que me interrumpa —el joven afirmó con la cabeza y después de su respuesta me retire.

Tenia mucho que pensar, ay Severus ¿en qué te metiste?


N/A: mi primer omegaverse espero los disfruten y acepto sugerencias y críticas constructivas.

Mezcla el verde con el negro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora