Pov Harry.
Sonreí enternecido al ver a Severus viendo la ventana distraído por la lluvia que comenzaba a caer, ya era la tercera vez que nos acompañaba a mi y amigos, pero esta vez no se en donde nos encontrábamos, no parecíamos estar en un bar muggle, a Ron se le ocurrió la magnifica idea de venir, después de todo ya había estado aquí con Hermione y decía que servían unas excelentes alitas picantes pero estaba un poco molesto, celoso era la palabra correcta, aunque ya se lo había expresado a Severus sentía que él no había hecho nada, se supone que yo era su otra mitad ¿por qué la perra de Parvatti se seguía acercando a él? Todavía ni siquiera se había corrido dentro de mi y ya casi íbamos para un mes y medio desde que me dio la mordida. Mis amigos estaban muy enamorados, ya casi iban a graduarse e irse a vivir juntos, una muggle con un mago, era comunes este tipo de parejas en el mundo mágico, los shiffters también pero aún así eramos visto como criaturas exóticas, hasta el siglo pasado se habían escondidos y sólo se apareaban entre si pero no se podía ir en contra de tu pareja predestinada, después de que fueron abolidas las antiguas reglas se permitió tener a más criaturas en el castillo de Hogwarts, no fue fácil al principio según me comento Severus pero ahora todo es mejor.
No quería ir en contra de él pero teníamos toda una vida para estar juntos, mi necesidad seguramente era por el nudo, aunque tan sólo pensar en tener un hijo de Severus me hacía sentir tierno y cálido, pasar tanto tiempo encerrado a la par que “domesticado” me habían llevado a pensar que nunca encontraría el amor, me resigne e incluso llegue a pensar que tendría un amo terrible pero este egocéntrico profesor mestizo me hizo ver la luz después de ese largo y oscuro túnel sombrío. Miré las parejas en la pista de baile, cada vez uniéndose más gente, las luces bajaron y una canción suave pero de letra sexual comenzó a sonar.
— Si quieres bailar sólo pídelo Harry, estaré dispuesto a complacerte —sonreí enternecido y lo mire de reojo, bebí un sorbo de la bebida alcohólica dulce que Hermione me había comprado.
— No te quiero avergonzar, no se bailar —le dije cabizbajo, aunque en realidad no era del todo cierto, sólo quería hacerme el de rogar, a los que fuimos encerrados nos enseñaban técnicas básicas para estar con un alfa.
— Vamos —estaba vez lo dijo en voz alta y acarició enternecido mi mejilla, le sonreí mostrando todos mis dientes, deslizandome por el banco me encaminé a la pista con él detrás de mi.
Girandome puse las manos sobre su cuello, no se que tipo de canción era esta pero estaba seguro de que desbordaba sexualidad, mis caderas comenzaron a moverse y pegarse contra las de él, las parejas cada vez eran más y el olor a lujuria estaba más fuerte. Las manos de Sev agarraron mis caderas, podía oler y sentir su excitación, sus ojos estaban pegados en mi hasta que vio sobre mi hombro, su mirada cambio completamente, un rastro fugaz de pánico para después ser remplazado por la ira.
— Quédate aquí —y sin dejarme preguntar porqué me dejó en medio de la pista rodeado por todas esas personas, las luces bajaron más, no podía distinguir bien las caras, después de lo que pareció ser un minuto decidí ir a la mesa con mis amigos, podía sentir la ansiedad de mi compañero lo cual me estaba poniendo nervioso, cuando me estaba abriendo paso a la multitud sentí unos brazos grandes posarse en mi cintura, casi suelto un suspiro de alivio pensando que era Severus pero al tocar esos brazos sentí más vello de lo normal y el olor no era el de mi pareja. Salté asustado encarandolo, Sev, este hombre tenía una barba bastante grande y en definitiva era un alfa.
— ¿Por qué te alejas precioso? —pregunto arrastrando las palabras, claramente estaba borracho, mostré mi cuello en donde se encontraba la marca de apareamiento pero este pareció no notarla ¿Acaso no podía olerme? Mierda estaba entrando en pánico, antes de que siquiera usará el vínculo y cuando el hombre me tocó la mejilla llego Severus, sus ojos estaban rojos y dándole la vuelta le dio con el puño cerrado en el rostro al desconocido haciéndole caer de culo.
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Mezcla el verde con el negro.
FanfictionLa vida de Snape era desabrida, sin color, rutinaria, hasta que su mejor amigo y compadre le aconseja comprar un esclavo, no teniendo nada que hacer accede. Harry tiene los ojos más hermosos que haya visto jamás, huele tan ridículamente bien y es ta...